Tengo un premio
El querido Lagarto me lo ha concedido. Se llama, al parecer, Thinking blogger award, se concede a los blogs que hacen pensar y es, tal como están pensando, un meme.
Se trata de enlazar cinco blogs elegidos por tener esa cualidad, es decir, hacerle pensar a uno. Se supone que además hay que enlazar el blog que te ha otorgado el premio y también añadir la imagen del premio en cuestión.
Esto, como podréis comprender, me llena de orgullo y satisfacción. Me encanta decir obviedades.
Ahora debo ir con los míos. Algunos los tenéis ahí abajo, a la derecha. Otros, todavía no, incluso es probable que no estén nunca. Pa qué.
Se supone que los premiados deben hacer lo mismo, etcétera, etcétera. No hace falta decir que no hace falta.
El problema de estas listas es que son endogámicas. El lagarto me ha dejado sin poder decir tres que ha dicho él (más el suyo propio, claro) y yo haré lo mismo con los subsiguientes casi seguro, aunque voy a intentar dejarles un par libres. Para ello, enlazaré dos blogs de esos de cientos de miles de visitas, cuyos autores, huelga decirlo, no me leen, ni conocen mi existencia, ni falta que les hace. Si por esas cosas de las páginas de estadísticas llegaran hasta aquí, les pido disculpas.
And the Thinking Blogger Awards go to:
El señor Otis B. Driftwood. Me hace pensar con su sentido del humor, su inteligencia, su modo de quedarse fuera de las ventanas y atisbar. Le doy el premio por su inquebrantable fe en el ser humano, que le hace indignarse por las cosas más "ya, así es, menuda novedad", por sus gustos cinematográficos, escandalosamente parecidos a los míos, por su espléndida segunda casa, por su exquisita educación y por su buen gusto general (apreciación esta última que no tiene nada que ver con la previa consideración de que su gusto se parece al mío, por supuesto).
El señor Fanshawe. Me hace pensar con su sensibilidad, con la forma que tiene de enfrentarse a la vida y sus vaivenes, con su capacidad de observación de lo cotidiano, con el modo en que sabe provocar escalofríos contando lo que le provoca escalofríos a él. Le doy el premio por lo distinto que es a lo que soy yo y porque siempre me hace mirar las cosas de otra manera.
El señor Jaime, de La decadencia del ingenio. Me hace pensar con las mismas ideas absurdas con las que me hace reír, cosa muy difícil en los tiempos que corren. Le doy el premio por delirante y surrealista. Porque da en el clavo.
El señor Hernán Casciari. Me hace pensar en que otra tele es posible, porque ve la tele como la veo yo. Le doy el premio por considerar el p2p un derecho humano y por escribir de puta madre.
El señor Vigalondo. Me hace pensar porque piensa. Le doy el premio porque es muy friki, porque me ha demostrado cómo cambia un blog solo por el hecho de ser leído por una cantidad considerable de personas, pero cómo puede no cambiar el que lo escribe, o cómo lo escribe, o incluso, cuestión que parece una paradoja, pero no lo es, para quién lo escribe. El arte de mirarse el ombligo y sin embargo, conseguirlo.
No hay más. Sé que no hay chicas. Estoy en contra de la paridad en todas sus manifestaciones.
Chicas, sabéis que os quiero.
(Pd.: No preguntéis. Todavía queda mucho camino. No quiero hablar de eso.)