31 octubre 2007

Steinbeck y las dos formas de ver el cine

Yo fui una vez a ver una película y como si saliera yo y más que yo; y mi vida y más que mi vida, todo como más grande.

Bueno, yo tengo bastantes penas. Me gusta olvidarme de ellas.

Claro. Siempre que te lo puedas creer.


De Las uvas de la ira.

30 octubre 2007

No puente

El jueves es fiesta. Bueno, no es fiesta pero es un día no lectivo.

Me parece curioso cómo el día de los muertos es considerado un día de fiesta. Me hace recordar la bronca que nos echó la madre de una amiga mía a ella y a mí hace muchos años porque le pedimos que la dejara ir a la discoteca el miércoles o el jueves santo. "Cristo muriendo en la cruz", le dijo, "y tú quieres ir a la discoteca". Menos mal que el parecido de esta santa mujer con la madre de Carrie acaba aquí.

En fin. El caso es que no hay que trabajar. Me levanté el lunes pensando en el puente y hoy me he enterado de que no nos han dado el viernes. No es grave, en el sentido de que los días de puente son regalos que no te mereces, te caen como bienes inesperados, y si son esperados (volvemos a lo mismo), es por un exceso de optimismo del que nadie es culpable. Pero jode porque los alumnos ya han notificado que no piensan aparecer.

De modo que a las nueve de la mañana estaré firmando para dejar que pasen cuatro horas (y tengo suerte, solo son cuatro) sin hacer nada. Estoy cabreadísima con el mundo. Se me ocurre putear a los alumnos, obligarles a venir o algo así, chantajearles o amenazarles con graves consecuencias, pero total para qué. Que disfruten, ellos que pueden. Yo qué sé.

Bueno. Esta chuminada por escribir algo y para que veáis que no solo vosotros os quejáis de vicio. Que puestos a lloriquear cualquier excusa es buena. Menudo día llevo.

La música te reconcilia con el mundo. Os dejo una canción de Tom Waits de su último disco, Orphans. Se titula Long way home.



Long way home

Well I stumbled in the darkness
I'm lost and alone
Though I said I'd go before us
And show the way back home
There a light up ahead
I can't hold onto her arm
Forgive me pretty baby but I always take the long way home

Money's just something you throw
Off the back of a train
Got a head full of lightning
A hat full of rain
And I know that I said
I'd never do it again
I love you pretty baby but I always take the long way home

I put food on the table
And roof overhead
But I'd trade it all tomorrow
For the highway instead
Watch your back if I should tell you
Love's the only thing I've ever known
One thing for sure pretty baby I always take the long way home

You know I love you baby
More than the whole wide world
You are my woman
I know you are my pearl
Let's go out past the party lights
Where we can finally be alone
Come with me and we can take the long way home
Come with me, together we can take the long way home
Come with me, together we can take the long way home.

El camino largo a casa

Bueno, tropecé en la oscuridad
Estoy perdido y solo
Creo que dije que iría delante de nosotros
Y mostraría el camino a casa
Hay una luz ahí adelante
No puedo apoyarme en su brazo
Perdóname, preciosa, pero siempre cojo el camino largo a casa.

El dinero es solo algo que extravías
de la parte trasera de un tren.
Tengo una cabeza llena de relámpagos
un sombrero lleno de lluvia
Y sé que dije
que nunca lo haría otra vez
Y te quiero, preciosa, pero siempre cojo el camino largo a casa.

Pongo comida en la mesa
y un techo sobre la cabeza
Pero cambiaría todo eso mañana
por la autopista.
Vigila tu espalda si te dijera
que el amor es lo único que he conocido nunca
Una cosa es segura, preciosa, siempre cojo el camino largo a casa.

Sabes que te quiero, nena
más que al mundo entero
Eres mi mujer
Sabes que eres mi perla
Salgamos, pasando las luces de la fiesta
donde por fin podremos estar solos.
Ven conmigo y podremos coger el camino largo a casa.
Ven conmigo, juntos podemos coger el camino largo a casa.
Ven conmigo, juntos podemos coger el camino largo a casa.

(Ehem. La traducción es mía así que si algún entendido sabe hacer algo mejor que una traducción literal con licencias en los tiempos verbales y tiene tiempo y ganas, pues eso.)

29 octubre 2007

Pérdidas

Unas señoras charlando en una terraza.

Hablan de dietas y una de ellas comenta, "Ah, pues hace un par de meses hice la de (no sé qué)."

Así que le pregunta su amiga: "Aah, y ¿qué tal? ¿Cuánto perdiste?"

La señora la mira y contesta: "Quince días."

27 octubre 2007

Me gusta que los planes salgan bien

Creo que de este tema he hablado mil veces.

Por lo general procuro no hacerme muchas ilusiones con los planes que hago, intento mantener a raya las expectativas. He aprendido a no esperar demasiado de las personas o de las situaciones posibles, sobre todo porque odio culparlas de decepcionarme cuando, si alguien tiene la culpa de una situación así, es el que se inventa un futuro y después se enfada con la vida, o con el otro, porque esa invención no se cumple.

(Odio ese concepto judeocristiano, la culpa, si algún día tuviera un hijo intentaría educarlo sin la menor mención a él...)

Pero a veces las cosas, sencillamente, salen bien. Se ajustan como un traje a medida a lo planeado, a lo esperado. A ese mapa mental optimista y luminoso que te haces aunque siempre lo remates con el cuervo negro de la frase "... pero también puede ocurrir todo lo contrario".

Hace unos años en televisión se emitió un anuncio en la tele. Era de un coche. El eslógan en español decía: "a veces el mundo se pone de acuerdo".





Y una canción de Fito que he escuchado este fin de semana y que hoy me dice muchas cosas.


(Algo, lo que me invade, todo viene de dentro. Nunca lo que me sacie, siempre quiero, lobo hambriento. Todo me queda grande para no estar contigo. ¿Sabes? Quisiera darte siempre un poco más de lo que te pido. Sabes que soñaré, si no estás, que me despierto contigo. Sabes que quiero más, no sé vivir sólo con cinco sentidos. Este mar cada vez guarda más barcos hundidos.

Tú eres aire, yo papel, donde vayas, yo me iré. Si me quedo a oscuras, luz de la locura, ven y alúmbrame. Alguien dijo alguna vez "por la boca vive el pez" y yo lo estoy diciendo, te lo estoy diciendo otra vez.

Dime, ¿por qué preguntas cuánto te he echao de menos? Si en cada canción que escribo, corazón, eres tú el acento. No quiero estrella errante, no quiero ver la aurora. Quiero mirar tus ojos del color de la cocacola. Sabes que soñaré, si no estás, que me despierto contigo. Sabes que quiero más, no sé vivir sólo con cinco sentidos. Este mar cada vez guarda más barcos hundidos.

¿No estás conmigo siempre que te canto? ¿No hago canciones para estar contigo? Porque escribo igual que sangro. Porque sangro todo lo que escribo. Me he dado cuenta cada vez que canto que si no canto no sé lo que digo. La pena está bailando con el llanto y cuando quiera bailará conmigo. La vida eterna solo dura un rato, que es lo que tengo para estar contigo, para decirte lo que nunca canto, para cantarte lo que nunca digo.)

25 octubre 2007

Imos vellos (que no bellos)

Leo por ahí a alguien que escribe que, a medida que el tiempo pasa y va cumpliendo años, se va sintiendo más sabio. Yo algunos días comparto ese sentimiento y otros tengo la sensación de que la vida nunca dejará de sorprenderme, incluso que yo misma nunca dejaré de sorprenderme.

A veces creo que me conozco tanto, tan bien. Y otros días paso junto a un espejo y pienso "¿quién coño era esa?"

Es como ese diálogo tontorrón de Pretty woman, y cito de memoria, en el que el personaje de Richard Gere comenta "Hay muy poca gente que pueda sorprenderme" y le contesta Julia Roberts: "Pues tienes suerte... a mí la mayoría me dejan de piedra".

Pues eso. Que me siento así exactamente, como los dos: unos días estoy convencida de que nadie puede sorprenderme y al día siguiente me dejan de piedra.

(El título es bilingüe, como yo, supoño, la parte gallega se traduce como "vamos viejos"; aclaración para no galegoparlantes, especialmente o africano, que sempre está dando a murga con cousiñas de tiquismiquis...)

24 octubre 2007

Por decir algo (y una canción)

Esta mañana me dormí y llegué tarde a trabajar. En la mayor parte de los trabajos no es muy grave, tus compañeros de oficina te preguntan si ha pasado algo, si estás bien, el jefe pregunta por ti, o tal vez ni se llega a enterar, o en personal te descuentan esa hora cuando te hacen la nómina a fin de mes. En mi caso no pasa nada de eso. Llegas a la puerta y los chavales están ahí sentados, esperando. Han tenido que madrugar, la mayoría de ellos han atravesado andando la ciudad para estar ahí a las nueve en punto porque si llegan a y diez les echas la bronca. Un telar. Qué cara pones para pedir disculpas. Yo no he llegado diez minutos tarde precisamente.

No tengo mucho que contar. Últimamente he visto películas de las que ya he hablado (Taxi Driver, mi acompañante se durmió) o de las que ya está todo dicho y vuelto a decir (Psicosis, en clase). En la tele veo Perdidos y en el ordenador, Boston Legal.

Estoy volviendo a leer Doctor Zhivago porque en las librerías de mi pueblo no hay nada que me apetezca comprar y aprovecho el cumpleaños de la única novela de Boris Pasternak para darle un repaso. Cuando acabe, veré la película, que me ha recomendado tantas veces el lagarto, y tal vez tenga algo que decir. O tal vez no.

Mi vida está siendo rara estos días. Me pasan cosas que no entiendo mucho, algunas que deseo y otras que no. No pienso demasiado para no agobiarme. Cuando no pienso, tampoco escribo. Es un tic, supongo.

Por lo tanto, este es un post de mantenimiento. También hay otro motivo, y es el de siempre, la pereza de irme a dormir.

Y algo que quería compartir con cualquiera que quiera escucharlo. Sonó la noche del 22 en Chicago. Es una canción especial.

18 octubre 2007

Risas

Buenos ratos con cosas tontas. Lo de siempre: llegar a la gente por medio de las situaciones que entiende. No hace falta ser siempre ni profundo ni serio ni apelar a sentimientos trascendentales.

Cómo se puede reir uno con una chorrada.

16 octubre 2007

Y os dejo con Cervantes

Que siempre hay quien lo dice mejor que uno:

El discurso de Marcela (fragmentos):

Hízome el cielo, según vosotros decís, hermosa, y de tal manera que, sin ser poderosos a otra cosa, a que me améis os mueve mi hermosura; y, por el amor que me mostráis, decís, y aun queréis, que esté yo obligada a amaros. Yo conozco, con el natural entendimiento que Dios me ha dado, que todo lo hermoso es amable; mas no alcanzo que, por razón de ser amado, esté obligado lo que es amado por hermoso a amar a quien le ama. Y más, que podría acontecer que el amador de lo hermoso fuese feo, y, siendo lo feo digno de ser aborrecido, cae muy mal el decir “Quiérote por hermosa; hasme de amar aunque sea feo”. Pero, puesto caso que corran igualmente las hermosuras, no por eso han de correr iguales los deseos, que no todas hermosuras enamoran; que algunas alegran la vista y no rinden la voluntad; que si todas las bellezas enamorasen y rindiesen, sería un andar las voluntades confusas y descaminadas, sin saber en cuál habían de parar; porque, siendo infinitos los sujetos hermosos, infinitos habían de ser los deseos.
(...)

Y si se me hace cargo que eran honestos sus pensamientos, y que por esto estaba obligada a corresponder a ellos, digo que, cuando en ese mismo lugar donde ahora se cava su sepultura me descubrió la bondad de su intención, le dije yo que la mía era vivir en perpetua soledad, y de que sola la tierra gozase el fruto de mi recogimiento y los despojos de mi hermosura; y si él, con todo este desengaño, quiso porfiar contra la esperanza y navegar contra el viento, ¿qué mucho que se anegase en la mitad del golfo de su desatino? Si yo le entretuviera, fuera falsa; si le contentara, hiciera contra mi mejor intención y prosupuesto. Porfió desengañado, desesperó sin ser aborrecido: ¡mirad ahora si será razón que de su pena se me dé a mí la culpa! Quéjese el engañado, desespérese aquel a quien le faltaron las prometidas esperanzas, confíese el que yo llamare, ufánese el que yo admitiere; pero no me llame cruel ni homicida aquel a quien yo no prometo, engaño, llamo ni admito.
(...)

(Esto es escribir.)

Diálogo con los lectores

(Respuestas a los comentarios del post de ayer.)

Me gusta contar aquí estas cosas por dos o tres motivos. El primero, la tremenda empatía. Cuatro frases y todo el mundo entiende. Después está la manera en que tus palabras rebotan en el otro y te vuelven filtradas por su experiencia o su inteligencia.

Mangamoncio da una opinión muy extendida y que alguna vez he considerado errada: el amor es generoso y no pide nada a cambio. No sé si estar de acuerdo. Nadie da nada por nada. El que lo hace se cansa pronto y deja de dar. El hecho de dar puede ser satisfactorio en sí mismo, pero siempre recibes a cambio, aunque solo sea esa misma satisfacción, o el agradecimiento. En el momento en que ese dar deja de ser algo que haces porque quieres y pasa a ser algo que los demás esperan que hagas, deja de ser agradable y empiezas a necesitar una retribución, la que sea, para poder sentir que lo que das no está cayendo a un terreno árido. Cuando amamos necesitamos saber que algo de eso vuelve a nosotros.

Fanshawe da en el clavo. No puede ser que alguien piense que estás obligado a quererle por el hecho de que él te quiere a ti. No tiene sentido, no se comprende que alguien considere amar una razón para ser amado. "Te quiero porque me quieres" en realidad no es algo que nadie desee escuchar. Digo yo.

Antígona trae el sentido común. Comprende que el enamorado no está para razones. Un enamorado sólo siente. Siente que puede dar todas esas cosas, necesita saber que le van a permitir darlas. Siente que ese torrente de emociones no viene de vuelta. Quiere inventar cosas que no ve. Después nos aporta una idea nueva que tal vez tampoco va desencaminada: ¿no será una estrategia más? Podría ser.

Anna se pone en el lugar del otro. Considera que la pregunta es ofensiva, dolorosa, tan injusta e irracional como la respuesta y, mira, tiene razón. El hecho de que alguien se niegue a quererte, te dé respuestas hirientes, te mire con ojos fríos, intente explicarse los motivos de tu amor y traerlos al suelo es doloroso, tan egoísta, probablemente, como tu pretensión de ser querido porque sí, porque debes tener una respuesta coherente a lo que tú mismo estás sintiendo. Anna dice otra cosa muy cierta, y es que el que ama y espera dice la verdad, aquello que firmemente cree. Aunque solo lo crea durante un día o dos.

Soy como un zueco de madera para estas cosas. No entiendo el amor, no entiendo mucho a la gente que hace cosas así. Me ayudáis mucho.

15 octubre 2007

"Todo lo que busco en una mujer"

Hay personas que creen que el hecho de tener algún sentimiento por alguien les da algún tipo de derecho sobre el otro.

¿En base a qué misterio ocurre esto? ¿Por qué piensa alguien que tienes la obligación de sentir amor como si se tratra de una justa correspondencia al amor que recibes?

—¿Por qué crees que debo estar contigo?

—Porque tienes todo lo que busco en una mujer.

¿De verdad es posible que una conversación así pueda producirse?

08 octubre 2007

Lazos

Cualquiera que tenga un blog sabe lo que es esto, este milagro.

Es fácil, es lo normal, sentirse solo a menudo, saber que las personas que te quieren no siempre te entienden, del mismo modo que muchas veces no entiendes a las personas que quieres. Es una forma peculiar (aunque cotidiana) de soledad.

El fenómeno de los cuadernos de bitácora es una revolución en el modo de comunicarse. Se ha hecho realidad la posibilidad de escribir para lectores desconocidos, se ha hecho realidad, aunque sea a un nivel diminuto, el sueño de muchos de decir lo que se necesita decir y que esas palabras no se queden para siempre en un cajón acumulando olvido.

No es que lo escrito no vaya a ser olvidado. La intrascendencia sigue siendo el peor enemigo. Pero antes de olvidarlo, lo escrito pasa por ojos y mentes, estimula a otros.

Y al final resulta que lo que escribes y lo que lees te pone en contacto con gente que te da todo lo contrario: que te entiende sin quererte, o que tal vez llega a quererte porque te entiende o porque se sabe entendido por ti.

Se pueden llegar a crear unos vínculos fuertes y extraños. No puedes decir tal vez "ese otro que me lee y me entiende es mi amigo". Casi nadie busca un amigo a través de un blog. No somos amigos. No nos conocemos. Probablemente nunca nos veremos. Aunque lo hagamos, no pasará de unas cervezas en un bar, unas fotos, un buen recuerdo.

Sin embargo, te sientes cerca de esas personas. Te hacen compañía un día malo. Saben a lo que te refieres cuando piensas en alto a través de la pantalla. Se van contigo de viaje. Te acompañan en una nueva etapa de tu vida. Asisten a tus alegrías y a tus decepciones y las viven como propias. Se preocupan si te ven hundido. Te escriben si te echan de menos. Te dan aliento.

No sé qué tipo de relación es esta. No consigo entenderlo. Son personas sin las que era posible vivir hasta el momento en que aparecieron. Si desaparecen, no sabes dónde buscarlas, no sabes si el lugar que ocupan seguirá habitado cuando vuelvas a buscarles. Si desaparecen, todo sigue igual, sin dolor, tal vez con una pregunta flotando para siempre en la habitación que se les asigna en el corazón. Y nada más.

Sé que muchos de vosotros os vais a sentir aludidos por estas palabras. Podéis estar seguros de que es en vosotros en quienes estoy pensando.

Gracias por estar ahí.

02 octubre 2007

Mierda

Después de toda la mañana con el cuello en tensión por la espera. Después de que cinco horas duren tanto como un mes. Después de que otros temas mucho más importantes o del todo fundamentales se hayan solucionado de manera satisfactoria tras tantas dudas. Después de hacerme a la idea una vez más (y van…) de que las cosas no siempre salen como espero. Después de enfrentarme al hecho de que esta vez no va a ser. Después de aceptar las miradas de incomprensión de las personas que me quieren. Después de compartir unas horas la esperanza. Después de fumarme un paquete de Lucky en trece horas justas. Después de reírme de mí misma. Después de negarme despiadadamente la autocompasión.

Ahora es cuando me doy cuenta de cuánto quería ir a ese concierto.