29 noviembre 2010

Email. Lunes.

Mi lunes ha sido de esos para olvidar. Una fecha dura, la culpable de que el mes de noviembre haya tardado dos siglos en pasar. Tenía que llegar, llegó. Hice lo que tenía que hacer y, tal como me esperaba, no me siento mucho mejor que ayer. Bueno, a veces la vida es así. Dura, cabrona, amarga, se porta mal y no nos queda más remedio que tirar con ello a cuestas, seguir adelante. Es lo que hay.

Hoy he empezado a escribir un email con estas palabras. Luego me he arrepentido. No se puede escribir un mail como si fuera el post de un blog.



(Puentes

Todos los puentes que quemaste
Volverán un día a perseguirte
Un día te encontrarás andando
Sola

Niña
Nunca quise hacerte daño
Algunas veces las mejores intenciones
No bastan para que las cosas salgan bien

Pero todos mis fantasmas me encontraron
Como mi pasado creen que me poseen
En sueños y oscuras esquinas me rodean
Hasta que lloro, lloro

Déjame aprovechar este momento para fijar los hechos
Déjame aprovechar este momento para retractarme
Déjame aprovechar este momento para contarte cómo me sentí
Déjame aprovechar este momento para intentar hacerlo bien

Pero tú puedes
Irte
Estar totalmente sola
Consumiendo todo tu tiempo
Pensando cómo solían ser las cosas
Si el amor se siente bien
Tú lo lograrás
No te rindas
Niña

Nadie te dice eso
Nadie te dice eso
Nadie te dice eso

Deberías tomarte un poco de tiempo, quizás consúltalo con la almohada
Deberías tomarte un poco de tiempo, niña, para hacer caso a las palabras que digo
Deberías tomarte un poco de tiempo para pensar sobre tu vida
Deberías tomarte un poco de tiempo antes de tirar todo por la borda

Yo no tengo tiempo
Para estar sentada y esperar
Pero tengo tiempo
Si dices que soy lo que tú quieres

27 noviembre 2010

Una mañana perdida

O desarrollemos paso a paso una adicción a internet. Mejor, para ponerlo presumido, una adicción a saber o una curiosidad infinita.

Empecé con el Corner. No quise ver estos vídeos porque no quería gastar toda la mañana aquí sentada no haciendo nada.

Antes de levantarme para hacer cualquier otra cosa, decidí echarle un vistazo a algunos blogs. En uno de ellos, el que enlacé ayer, había un vídeo nuevo, una canción de Tom Waits titulada Ruby's Arms (que os recomiendo). Como era una canción que no conocía, después de escucharla y leer la letra, me puse a buscar a qué disco pertenecía.

Usé Google para buscar la canción y acabé abriendo dos de los resultados. La página oficial de Tom Waits era una de ellas. Ahí vi que Tom Waits es el responsable de la banda sonora de una película titulada One from the heart. No me sonaba de nada, así que la busqué, primero en imdb.com (seguía sin sonarme, aunque ahí se añadió que era de Coppola, no es que me sorprendiera) y después en Film Affinity para que me dijera el título en español (Corazonada, claro). Decidí bajármela, solo por la banda sonora debería merecer la pena. El otro enlace que abrí sobre Tom Waits fue esa entrevista que os he enlazado en el post anterior. No tiene desperdicio.

Me ha llevado a buscar aproximadamente veinte palabras (spree, cloackroom, beacon, sheet rock, leprechaun o barnacle) en Word Reference y unas cuantas personas en Google (y de ahí a Wikipedia, entre otros), como Charlie Musselwhite o el perro de Leona Helmsley.

Me ha llevado a escuchar las siguientes canciones (casi todo en youtubes):

So lonesome I could cry, de Hank Williams, (mientras sonaba me fui a otro blog, el del Rinzewind, y de ahí a comprarme el libro La España Fantasma, de fotografías hechas la tarde en que España ganó el Mundial de fútbol, calles vacías a lo largo de todo el país), Once upon a time in America, de Ennio Morricone (lo que me llevó a un rato de búsqueda de torrents y subtítulos, puse a bajar la película); Gone too long, de Charlie Musselwhite; Dark was the night (cold was the ground) en la guitarra de Marc Ribot (maravillosa); otra interpretación a la guitarra de Smokey Hormel (el 29 de julio de este año, en Sintra Park, Hoboken, New Jersey); ver cómo suenan un "calliope" y un "stroh violin" y un "bass steel drum" (de cuyos nombres en español sigo sin tener noticia); una interpretación de Lee Morgan con una trompeta con sordina; y por último Autumn Leaves por Miles Davis, también trompeta con sordina y también maravillosa.

A la mitad de la entrevista y de todo ese proceso de búsqueda y escucha, traduje ese par de respuestas de Waits y lo colgué ahí abajo.

Ahora estoy escribiendo esto y a continuación lo colgaré también.

Aún no he acabado de leer la entrevista, que es, como he dicho, impagable (también en cuanto a las preguntas, es difícil encontrar entrevistas con ese nivel de cuestionario).

Tengo 25 pestañas abiertas en el chrome.

Todavía no sé a qué disco pertenece Ruby's Arms.

(No quería hacer un post lleno de enlaces, pero realmente alguien debería escuchar esto, esto y esto.)

Hay gente que hace poesía sin querer

Preguntado Tom Waits sobre qué es el cielo para él:

"Mi mujer y yo en la Ruta 66 con una cafetera, una guitarra barata, una grabadora comprada en una casa de empeños en un Motel 6, y un coche que ande bien aparcado justo en la puerta."

Y preguntado sobre qué es difícil para él:

"Lo que más hago es cabalgar entre la realidad y la imaginación. Mi realidad necesita imaginación como una bombilla necesita un portalámparas. Mi imaginación necesita realidad como un ciego necesita un bastón. Las mates son difíciles. Leer un mapa. Seguir órdenes. Carpintería. Electrónica. Fontanería. Recordar cosas correctamente. Líneas rectas. Pladur. Encontrar un número secreto seguro. Paciencia con los demás. Hacer un pedido en chino. Instrucciones del estéreo en alemán."

(De aquí.)

26 noviembre 2010

Pues hablando de eso...

... he visto esto hoy y me he acordado de ti.

Sí, de ti.



(Sacado de este recomendable blog.)

25 noviembre 2010

Revista Orsai

Hace un mes y pico Hernán Casciari se enfadó con los periódicos que le daban de comer. Se hartó de que el dinero y las ideologías fueran más importantes que lo que él tenía para decir. Y decidió dar un portazo. Y de paso, hacer algo especial. Ese algo se llama Revista Orsai.

El proceso lleno de ilusión que ha puesto en marcha se llama

(puta madre que me parió, cómo he llegado a escribir tan mal)

Es mejor que lo leáis vosotros mismos. Aún estáis a tiempo de tener algo de verdad interesante entre las manos a principos de enero. Empezad por aquí y seguid leyendo los posts semanales hasta el presente. Y si en algún momento en ese proceso no os entran ganas de comprar esa revista, me lo decís. Yo, desde luego, ya he reservado la mía. Me encanta formar parte de acontecimientos que conmocionan las estructuras de lo normal. Y creo que este es uno de ellos.

Y así al menos me podréis agradecer que haya puesto a vuestro alcance algo que merezca más la pena ser leído que este puto blog de mierda.

22 noviembre 2010

Ahí, aguantando.

Estaba pensando muy seriamente llamar al trabajo y decir que hoy no puedo ir, que me encuentro muy mal.

Me he metido en la ducha después de poner el ipod en sus altavoces en modo aleatorio y han sonado sucesivamente Born in the USA de Bruce Springsteen, Basta de blues de M-Clan, Wild Horses de The Rolling Stones, Sí quiero de Andrés Calamaro y Story of Isaac de Leonard Cohen.

Ahora John Fogerty me está cantando Proud Mary. Me he puesto un vestido.

Y creo que voy a ser capaz de get through this lonesome day.

Ya no queda nada.

Dice shuffle song que Dead or alive. No sé por qué tengo todavía a Bon Jovi en ese ipod.

20 noviembre 2010

Ser quien soy

A veces me es muy difícil hablar en algunos sitios. Yo soy la persona que relee y reescribe treinta veces cada post, comentario o respuesta de foro o de email, que mide el posible impacto de cada palabra en el lector o lectores, que usa entre cinco y diez veces (de haberla) la "Vista previa" antes de atreverse a darle a "Publicar", y que el ochenta por ciento de las veces cierra la ventana del comentario antes de decir una patochada, o incluso de dejar olvidada una posible idea inteligente.

Es superior a mis fuerzas. Antes de comentar en algún sitio, leo durante días, semanas o meses. Quiero decir algo pero no me atrevo. O lo intento, abro la ventana del comentario, me demoro 15 minutos elaborando un texto que exprese de forma adecuada mi conformidad o mi desacuerdo con lo que el autor afirma, que no sea agresivo ni tampoco adulador, que tenga un contenido interesante, que demuestre que dentro de mi cabeza, detrás de mi teclado hay una o dos sinapsis, releo, reescribo, sustituyo una palabra, busco otro sinónimo, otro más, me documento por si acaso lo que estoy diciendo es una animalada, busco información, contrasto. Y al final hago click en la cruz roja de cerrar ventana porque después de todo, lo que quería decir no era tan importante y no le iba a interesar a nadie.

Es muy raro (por no decir imposible) que yo envíe cualquier texto de forma espontánea, sin pensar demasiado, o sin pensar al menos un poco. Odio sumarme a los coros de admiradores incondicionales pero temo que si mi voz es discordante la gente, el autor, pueda confundirme con un troll que solo pretende destruir.

Otro problema suele ser la firma (al hilo de lo del otro día). ¿Añado el enlace a mi blog o no? A veces me tienta la manzana de decir libremente lo que me parezca, sin sufrir si una palabra no suena exactamente tan neutra como yo quiero, y disfrazarme de anónimo o escribir un nombre que no conozca nadie o mi k desprovista de enlaces, lo que sería prácticamente lo mismo. En estos casos, la conciencia me dice que no debo hacer eso, que una de las mayores satisfacciones es responsabilizarse de los propios actos, de las propias palabras, y el valor de mostrar que esa persona que firma, además, tiene algo que decir, interese al lector o no. Pero entonces surge la abrumadora timidez, el pudor de enseñar tan descaradamente quien uno es, aunque sea (me repito, lo sé) a personas que jamás verán mi rostro.

Es muy cansado ser quien soy, a veces. Yo también, como el anónimo del otro día, echo de menos aquella otra versión de mí que no pensaba que había alguien al otro lado leyendo, opinando, concluyendo, juzgando.

16 noviembre 2010

Ellas también juegan (con los hermanos Coen...)

Y bueno, volviendo a lo mismo de no hace mucho...

El otro día me di cuenta de que Margaret Schroeder



Es la señora Carla Jean Moss.

14 noviembre 2010

Un instante

Hoy, conduciendo hacia casa, pensé en sacar la cámara porque vi algo que quise poder guardar.

Yo estaba en un alto; al fondo, el sol se esforzaba en atravesar las nubes y difuminado iluminaba un embalse serpenteante entre montañas de color ámbar y fuego. Supe que ese momento en que el aire era mágico se iba a desvanecer. Y quise atraparlo en una imagen.

Pero no lo hice. No solamente porque mis manos estaban en el volante y la carretera era mala y en mi lado de la postal llovía.

También porque supe que jamás, jamás, podría transmitir con una torpe foto todo lo que esa luz me hizo sentir.

Simplemente, era mi momento. A veces, se trata solo de atrapar el presente.

Sabiendo que su fugacidad es el mejor de los regalos.

12 noviembre 2010

La muerte del anonimato

Llevo un tiempo dándole vueltas al tema. Fue Jorge quien metió la semilla de la idea, como en Inception, en mi cabeza. Con las redes sociales llenas de nombres, apellidos y fotos, tener solo un blog es, en sus palabras, casi un síntoma de timidez ("sin casi", añado yo).

La cuestión es la diversidad de gentes que tienen acceso a ambos espacios. Si bien es cierto que durante los primeros años de vida de este blog fui muy escrupulosa en la selección de personas que gozaban del dudoso privilegio de entrar aquí, en estos últimos tiempos son, creo, casi tantos los lectores anónimos como los conocidos. He dado la dirección del blog a amigos, familiares, un compañero de trabajo e incluso un ex alumno. En realidad sigo siendo escrupulosa, no se trata de eso. Se trata de que al principio evitaba sistemáticamente que las personas conocidas pudieran acceder al blog. Pero con el tiempo aprendí que a muy poca gente le interesa de verdad la parte de mí que vierto aquí. No es condición indispensable quererme para interesarse por las chorradas que olvido en este espacio. Aunque no siempre sean chorradas para mí (y no siempre las olvide).

Así, tengo tres tipos fundamentales de lectores. Los que me conocen de internet, entre los que cuento a estas alturas a varios muy buenos amigos, con los que he compartido grandes momentos. He estado en sus casas, he compartido ratos y cervezas, sentimientos, ideas, conciertos, risas y lágrimas, noches en blanco. En determinados momentos pasaron de fuera adentro y dentro se quedarán, pase lo que pase mañana. Por otra parte, están esas personas que provienen de lo que antes consideraba, probablemente de forma errónea, mi vida real. Estos son los que se interesan menos por el blog. Vienen, pero rara vez se quedan. Este blog es para otro tipo de gente. Yo quise compartir con ellos esa parte de mí que era más difícil ver en el día a día. No tardé mucho en recuperarme de la decepción de ver qué poco les interesaba esa parte a las personas que, para comunicarse conmigo, me llaman por teléfono en vez de mandarme un mail. Y por último está la gente que no me conoce de nada, salvo a través de estas torpes letras que rara vez consigo me describan o me definan realmente. Que llegan a través de enlaces y comentarios dejados en otros blogs, que se quedan un tiempo y después se van, que no suelen dejar rastro.

Y llegamos al punto que hoy me ocupa. Llevo un tiempo dándole vueltas al tema. Esa parte de mí que es tan exhibicionista como la de cualquier bloguero reclama un poco más de publicidad. Esa parte de cualquier persona que quiere mostrarse, ser conocida por quienes lo rodean. No se trata tanto de darle una patada a tu imagen y mostrar lo que "en realidad eres" como añadir algo a esa imagen. Añadir facetas a ese torpe cristal que mostramos al exterior.

Como conté aquí hace unos meses, tengo un perfil de Facebook. Con mi nombre y mi apellido y mi K. Con amigos que provienen de los dos lados de mi existencia, los de este lado de la pantalla y los del otro. Con relativamente pocos amigos (ahora mismo, 47). 10,21 veces menos amigos que Fanshawe-Alberto (ya no es Fanshawe más, pero cómo pensar en él solo con su nombre de pila...) Y estoy dudando si enlazarle el blog y terminar definitivamente con el anonimato. Entre mis amigos de Facebook se cuentan varios alumnos y ex-alumnos, compañeros de trabajo, gente del pueblo. Personas que entrarán a echar un ojo y probablemente decidirán que esto es muy poco interesante (con razón). Pero al mismo tiempo es abrir esta parte de mí a gente que ya sí que no me conoce de nada, aunque sepan dónde vivo y qué cara tengo y qué coche conduzco. Y me pregunto qué tan personal es este blog en realidad, cuánto de mí, de mi yo verdadero (¡si es que existe tal cosa!) está aquí expuesto como en un escaparate solo que mucho, mucho más coñazo que un escaparate. Cuánto puede interesar de verdad este aburrimiento de sitio a los cotillas que no tienen nada más interesante que hacer que pelar una cebolla como esta.

Me pregunto si sentiré que he perdido libertad para hablar de lo que me dé la gana, para decir, por ejemplo. Sí, es más que evidente que la voy a perder. La cuestión es si me importa. Por ahora, me importa, y ese es el motivo de que aún no lo haya hecho.

¿Opiniones? Los desconocidos y anónimos también pueden hablar.

06 noviembre 2010

Un poco de todo (or where I'd like to be)

Una de esas fotos de Astronomic Picture of the Day, de la página de la NASA (ya lo he enlazado más veces, es aquí). Estas fotos a veces me hacen viajar, volar, soñar.


Va por días, pero estos jodíos científicos saben sacar poesía a las fotos que cuelgan y las explicaciones que añaden. La tradución es mía:

Constelaciones de luz se extienden en esta escena nocturna, pero no pertenecen al cielo del planeta Tierra. Al contrario, la imagen mira hacia abajo desde la Estación Espacial Internacional mientras pasa sobre Estados Unidos a lo largo de la parte norte de la Gulf Coast (costa del Golfo de México) el 29 de Octubre. La nave espacial rusa Soyuz está acoplada en primer término. Detrás de sus paneles solares extendidos, alrededor de 360 km más abajo, se reconocen las luces de la ciudad de Nueva Orleans. Mirando hacia el este a lo largo de la costa, hacia el borde superior del cuadro, encontramos Mobile, Alabama, mientras las luces de la ciudad de Houston aparecen hacia el oeste, abajo. Al norte de Nueva Orleans (a la izquierda) una línea de luces dibujan la autopista I55 que conecta con Jackson, Mississippi, y Memphis, Tennesee. Desde luego, las luces siguen los centros de población, pero hoy en día no todo el mundo vive todo el tiempo en el planeta Tierra. El 2 de Noviembre se cumplió la primera década de presencia humana continuada en el espacio a bordo de la Estación Espacial Internacional.

A mí esto que acabo de copiar me habla de un montón de cosas que me hacen sentir que merece la pena haber nacido y estar en este mundo. La ciencia, el arte, la vida humana, la capacidad de llegar más lejos, el ansia de no tener nunca suficiente, la capacidad de, pese a todo, vivir juntos, la posibilidad de mirar las cosas desde lejos, desde arriba, la confusión entre arriba y abajo, lo relativo que es todo, las infinitas posibilidades, las otras ciudades que esperan, la música que parece que siempre sabe cómo consolarte.

Hace unas semanas murió Solomon Burke. No hace falta saber quién era, no se puede saber todo en esta vida y solo pretenderlo te puede provocar un ataque de ansiedad, vértigo, sudores y mareos. Pero si queréis, escuchad un poco. Es una de sus canciones más famosas (¿quién no vio Dirty Dancing?) y hoy me va a servir como banda sonora para esta cosa rara que ni es un post ni es nada.