"Es que no es tan fácil"
No, coño. Lo que no es, es tan difícil. Es la historia de siempre, disfrazar el no querer de no poder, para no tener que. Porque afrontar los miedos es jodidamente difícil, coger las riendas conlleva una responsabilidad que la mayor parte de nosotros no queremos asumir. Y por medio de ese engaño terminamos viviendo una vida llena de responsabilidades que no queremos, que detestamos, pero que consideramos más llevaderas (sin que lo sean en realidad). Es mucho más fácil renunciar a los sueños, por imbéciles y fáciles que estos sean, y acomodarse en un pequeño agujero cálido y oscuro, donde los embates de la vida pasan, salvo grandes terremotos, prácticamente desabercibidos. Y decir que no se puede, que es que claro, es que esque esquesque.
Es pura impotencia, una intolerable impotencia lo que me asalta cuando veo lo fácil que le resulta a la gente conformarse, y mirar a sus vidas encogidas con poco aprecio pero con resignación, diciéndose para sus adentros "no está tan mal", "podría ser peor". Claro que podría ser peor. Podrías estar muerto. Pero tal vez lo estás y no te das cuenta. Todo el mundo se emociona y se siente estimulado con la idea teórica del Carpe Diem, pero luego madrugan y esperan dócilmente al viernes. No lo soporto. No quiero ser así.
¿Crisis weirdo de los 40? Puede ser. Pero me niego, me niego a vivir una vida muerta.
Maeve, te lo cojo prestado.