Ira
Nada humano me es ajeno. (Homo sum; nihil humani a me alienum puto, dijo Publio Terencio Africano, para que no os vayáis de aquí sin por lo menos haber leído un latinajo y el nombre de su padre).
Los siete pecados capitales (lujuria, gula, avaricia, pereza, ira, envidia y soberbia) no son, en el fondo, más que un compendio no exhaustivo de meras características humanas cuya moralidad va más, si se piensa, en los ojos del que mira. Es decir, se pueden considerar más "debilidades" que pecados. Hace mucho tiempo que tengo otro concepto del pecado. Mucho más benévolo.
La idea, en fin, es luchar contra ellos con las virtudes correspondientes (castidad, templanza, generosidad, diligencia, paciencia, caridad y humildad, respectivamente).
Hace unos días recitábamos en una reunión informal estos pecados y cada uno hacíamos un poco de ejercicio de conciencia sobre cuáles de estos pecados eran propios de nuestro comportamiento. Ahí es donde yo me acordé de la frase de Terencio. A mí me parece que yo hago gala de todos ellos. Unos más que otros, por naturaleza, pero todos sin excepción.
El peor es la ira. Me enfadan las tonterías que veo, las injusticias, la mayor parte de la gente en buena parte de sus circunstancias, las incongruencias, las incoherencias de los demás, mi propia inacción a veces. Después me enfrío otra vez. Me pongo en el lugar del otro, pienso en otra cosa, razono. Pero rara vez exteriorizo esa ira. Pienso, supongo, que los demás no tienen la culpa de esa falta de paciencia o de que a mí me sienten mal las cosas.
Esta tarde, en una visita al fisioterapeuta, a modo de bonus me ha hecho una especie de exploración. Me ha dicho que tengo una tensión particularmente notable en el órgano llamado vesícula. Y que ese órgano tiene que ver con la ira.
La verdad es que me ha dejado bastante sorprendida. Soy de la opinión de que el cuerpo hay que cuidarlo (más o menos). Así que, si me veis dar un grito a destiempo, hacer un comentario fuera de tono, no penséis que soy borde o que tengo mal carácter: procurad ser comprensivos y pensad que estoy cuidando amorosamente mi vesícula.