09 julio 2011

Ñam

Cada vez me gustan más las cosas, como si todo se fuera colocando en su sitio o yo me hubiera cansado de cabrearme permanentemente con todo lo que podría ser de otro modo y sin embargo es así. Parece que le perdono al mundo lo mal que huele, lo poco a gusto que parece estar consigo mismo, y que dejo de juzgar a la gente por no ser como yo, y dejo de juzgarme yo por no ser quien habría querido. No es que haga mucho sol últimamente, no es que todo vaya de puta madre, no, eso jamás, líbrenos la vida de semejante maldición. A veces me choco con las esquinas de las otras personas, todavía quiero estar sola y que nadie me pregunte qué tal, vano anhelo, qué tal. Bien. Por supuesto en todo asiento (hasiento) hay como mínimo dos o tres pinchos que impiden que la comodidad sea completa, y siempre hay una noche que sueñas con Australia y desearías no estar aquí, o que todo se fuera al carajo para tener la excusa perfecta. Porque si algo es cierto es que la excusa sigue siendo necesaria. Pero mientras tanto parece que me acomodo mejor en mis huecos, la piel ya no parece tan tirante, como que me va dando hasta igual que los pantalones me queden estrechos y las arrugas y estos pelos. No sé, tengo miedo de que termine dándome igual todo. Pero mientras tanto, la semana que viene me voy a Amsterdam yo sola, porque puedo, porque quiero y porque la vida, mi vida, es eso.

4 comentarios:

Carmela dijo...

Es obvio que sobra preguntarte "¿qué tal K", no solo porque no desees oir esa pregunta, sino tambien porque a veces las preguntas sobran. Está claro que el mundo sigue girando y nosotras seguimos subidas en él y nos acomodamos según queremos o podemos.
Ese es un viaje que tengo pendiente, como tantas otras cosas, y puede que algún día tambien pueda yo hacerlo.
Disfrútalo.
Un abrazo K.

wizzi dijo...

Me parece genial, aprender a disfrutar, empezar a quererse. Mucho.

Resulta difícil creer que algún día todo te vaya a dar igual.

El tema de las excusas es para hablar mucho, pero no tengo hoy el día. Queda pendiente.

Besos

jafatron dijo...

Mola que te vayas a Amsterdam sola porque quieres. Y que te sientas cómoda a pesar de que no todo esté en su sitio (cosa díficil, por otra parte).
Supongo que a veces pesa que el presente parezca tan inmutable. No nos queda otra que esperar que en el futuro se nos presente esa buena razón cuando la necesitemos. Que ahora no la necesites está genial.

Mixha Zizek dijo...

Quiero también ir de viaje, genial que salgas de viaje es una forma de expiación (según los dioses de la antiguedad)

Es la primera vez que entro a tu blog porque me gusta tu entrada y porque quiero y eres genial, ;)