06 octubre 2008

Otro otoño

El tiempo pasa, las estaciones se suceden, cada vez de forma más caótica y desordenada: llueve cuando debería hacer sol, hace sol cuando debería hacer viento, nacen las flores cuando deberían caer las hojas. Todo aquello que parecía inalterable es de hecho lo único que cambia, mientras que lo variable permanece intacto e indiferente. No parece una actitud muy inteligente esperar que los elementos se comporten como siempre lo han hecho. Llevo un tiempo aprendiendo solamente que lo inesperado es lo único posible. Pero no lo aprendo. Es una lección difícil.

Con el curso empieza un año más de incertidumbres. Volveré a llenar mi tiempo de planes y listas de tareas por hacer, volveré a perderlo en actividades inútiles y a solucionar los asuntos en el último minuto, volveré a decir que la próxima vez lo haré de otra manera.

Tengo una relación rara con las teclas últimamente. No escriben las palabras que quiero decir. También es cierto que quiero decir muy pocas.

6 comentarios:

Lula Fortune dijo...

Me siento plenamente identificada con lo que dices, pero cuando te estaba leyendo, he empezado a pensar lo contrario. De pronto me ha parecido maravilloso ese caos, esa improvisación por la que nos lleva la vida diaria. Qué aburrido sería, después de todo, que las cosas saliesen exactamente como las planeamos.
Besos de otoño.

senilDion dijo...

A mí me pasa un poco lo mismo. Será que ahora toca ver, oír y escuchar. Hablando de ver, ¿cuál es la peli que volviste a ver el otro día de la que hablas en mi blog? Me ha encantado la cita.

Anónimo dijo...

A estas alturas me parece a mí que nosotros mismos somos más inalterables que el tiempo y, a menos que la vida te golpee fuerte, nos vemos abocados a los mismos pequeños fracasos año tras año. Yo lo tengo asumido. Quizá el truco esté en repetir los mismos errores pero en diferentes actividades... que el año pasado no pude con el curso de inglés... bueno, pues me apunto a francés.

Ah, y habrá pocos más reñidos que yo con las palabras.

NoSurrender dijo...

Apuesto a que todas tus teclas siguen es su sitio. Y que el "¡chass!" de la barra espaciadora sigue siendo tan embiragador después de cada palabra ;)

salud y buen curso!

( ¡chass! )

k dijo...

Lula, solo algunas cosas que te permitan sentirte en casa, las que te dan unas referencias más o menos fijas. Si todo es caos, si nada se está quieto, si no puedes esperar que al menos algo sea como esperas, todo es demasiado inestable. Al menos para mí.

Senildion, la peli que volví a ver fue Antonia, de Marleen Gorris, holandesa de 1992 o por ahí.

Jafatron, no es por incordiar pero sí. Lo tuyo con las palabras es de juzgado de guardia, una pena. Y me niego a ser precisamente yo lo único inalterable. Hasta ahí podíamos llegar.

Las teclas están ahí, es verdad, lagarto. Algo es algo...

senilDion dijo...

El otro día iba en el metro y me vino a la cabeza este post. Es paradójico. Más que abandonarte o rebelársete, a lo mejor las palabras se te han condensado. Tus últimas tres frases son poesía.