24 agosto 2010

A veces escriben por ti

A la edad de 25 la mayoría de la gente estaba acabada. Todo un maldito país repleto de gilipollas conduciendo automóviles, comiendo, pariendo niños, haciéndolo todo de la peor manera posible, como votar por el candidato presidencial que más les recordaba a ellos mismos. Yo no tenía ningún interés. No tenía interés en nada. No tenía ni idea de cómo lograría escaparme. Al menos los demás tenían algún aliciente en la vida. Parecía que comprendían algo que a mí se me escapaba.

Charles Bukowski, La senda del perdedor

2 comentarios:

M dijo...

¿Y si el aliciente es la vida en sí?

k dijo...

Se me escapaba :)

Welcome.