24 diciembre 2010

Human touch

Ando por el mundo buscando un contacto. No es verdad, no busco. Solo espero. O tal vez no espero y solo sueño. Esta noche, por ejemplo, soñé que un hombre me deseaba (a falta de esa sensación en la vigilia). En realidad no era un hombre, sino un niño. Alguien muy joven. Y yo me iba y después me desperté sin que pasara nada, sin que existiera ese contacto. Algún analista tendría algo que decir sobre esto. Me descubro comprendiendo que ciertas experiencias simplemente no son para mí, ya no o tal vez nunca lo fueron. Me reconozco viviendo en la ficción de la pantalla con una dolorosa intensidad que no experimento en la calle, en el bar, en casa. Un deseo triste de que la fotografía de mi vida tenga ese color mágico que nunca parece tener. Y no sé si lo que quiero es vivir otras vidas, ser otras personas, respirar otros aires a través de otras narices. Hoy mi amiga me hablaba del libro que está traduciendo, que habla sobre las distancias entre tres "yo": el real, el soñado, el sentido. La tesis del libro, escrito por cierto por un economista, es que cuanto mayor es esa distancia, menor es la felicidad. No he querido, mientras hablaba, pensar qué distancia separa mis yos, porque no, porque no. Mientras escribo veo la foto que puse el otro día en el blog, la de Jack Huston y su personaje con la máscara de lata que tapa su horrible deformidad, su medio rostro destrozado, y pienso en la tristeza y la soledad de ese personaje, la ausencia absoluta de contacto con la realidad, la frialdad con la que mata mientras es dolorosamente vulnerable y frágil y consigue despertar en el espectador, en mí, una mezcla incomprensible de amor y horror y fascinación y lástima. Está solo y está jodido para siempre y no puede ser más que lo que es, le guste o no, y solo cuenta, como decía Blanche Devereaux, con la amabilidad de los extraños.

10 comentarios:

Carmela dijo...

Hoy solo quiero regalarte un post no publicado:
….. y un día, después de una noche más recorriendo, mil veces, el laberinto de cristal sin salida, en que se había convertido su vida, cogió una piedra y la lanzó hacía esas paredes que la reflejaban y la encerraban. Salió al exterior, aterrada, descubrió terribles verdades, sintió pánico, se dio cuenta de los años perdidos ya sin vuelta atrás, conoció el mayor amor que siempre soñó que existía, lo palpo y se le escurrió, lo vio alejarse, desaparecer, supo que solo fue una posible solución que desecharon, y se vio de nuevo sola, y ahora en la bajada del camino de su vida, hay noches que se maldice por romper aquellas paredes de cristal que la mantenían adormecida, suspendida en esa sensación agridulce de falsa vida, pero otras noches siente que lo mejor que le paso fue conocer esas breves horas de lo que era la verdadera felicidad, y otras solo quiere olvidar, y otras nace en ella la esperanza y otras termina durmiéndose acompañada por su compañeras las lágrimas, y otras llega a vislumbrar una leve luz al final del laberinto, y otras simplemente quiere vivir porque ya sabe lo que es la vida y quizás le llegue a rozar otra vez, y otras………, y otras noches simplemente se siente arropada por las personas que ha conocido en la que ahora es su vida, aún sabiendo que cuándo llegue el día, se levantará sola para vivir su vida.

Exlucifer dijo...

FELIZ NAVIDAD AMIGA, PARA TÍ, PARA TU FAMILIA Y PARA TODOS LOS LECTORES.

Anónimo dijo...

"Lo que él necesitaba era encontrar en el mundo real la imagen ideal que su alma contemplaba constantemente"

James Joyce. Retrato del artista adolescente.

Feliz Navidad.

Felson

jafatron dijo...

Las experiencias, si las puedes imaginar y las deseas entonces son para ti. Que no sucedan no quiere decir que no existan, aunque a veces lo parece. Ah, casi se me olvida... yo tambien te pondria un piso si pudiera, tonta :) Es que tu no miras bien.

k dijo...

El problema, jafa, es que yo quiero cualquier cosa menos que nadie me ponga un piso (ni que quiera, siquiera).

Felson, Felson. Feliz Navidad a ti también.

Exlucifer, ¿crees que nos veremos pronto?

Carmela, muchísimas gracias por tu regalo de navidad. Me parece maravilloso tu texto y me siento honrada de que lo hayas dejado aquí.

jafatron dijo...

Solo era una forma de hablar, me refería a... bueno, otra cosa.

Antígona dijo...

Todos andamos siempre a la caza de un human touch, K, aunque en principio parezca que ya lo tengamos a nuestro lado. Quiero decir, que esa sensación de cercanía con el otro que nos lleva a no sentirlo como un extraño hay que trabajársela día a día y su necesidad nunca está del todo cubierta.

Yo tampoco querría ponerme a pensar en la distancia entre mis diferentes yos, al menos en algunos aspectos de mi vida. Que ya sin pensarlo demasiado preveo demasiada. Aunque tal vez tenga que llegar el punto en que, para aumentar nuestro grado de felicidad, no tengamos más remedio que recortarle un poco las alas al yo soñado. Que ya se sabe que los sueños, con frecuencia, se pasan por alto todo principio de realidad y pueden acabar amargándonos la vida.

Un beso!

k dijo...

Jafa, es imposible que te entienda bien siempre :)

Antígona, la verdad es que una de las cosas que más me joden es que mi yo soñado es sumamente asequible.

NoSurrender dijo...

No, no quieres vivir otras vidas. Y lo sabes y por eso eres tan libre y consciente en tus renuncias. Te queda mucha vida tuya que inventar, la tuya.

k dijo...

Es verdad.