Vacaciones y Bruno Ganz
No sé si pedir disculpas por esta semana de silencio porque no sé si alguien se ha sentido solo por mi ausencia. En el fondo de la mente, una pregunta: ¿me estarán echando de menos? No hace falta decir que no contestéis, es retórica.
La semana pasada fue de esas en las que una visita alegre te saca de tus rutinas y te aleja temporalmente de tu vida. Un poco de cosas fuera de su sitio, un cepillo de dientes y una toalla extra, hacer el doble de comida, cenar fuera, el colchón hinchable ocupando medio salón, las ineludibles visitas a los lugares turísticos, que en el caso de mi ciudad son más bien pocos... En fin, una persona de carne y hueso sentada a tu lado en el sofá con la que hablar para sustituir el parpadeo de la pantalla del ordenador por unos días.
Con mi primo I, mi querido y bienvenido visitante, la conversación trata de las cosas de la vida, los trabajos, las expectativas, las perspectivas, los sueños y las desilusiones, los amigos comunes, la familia bien gracias, o mal, o lo que sea, las abuelas, los libros y las pelis que el otro tiene que leer o ver sin falta, los famosos del mundo que nos caen mal, los programas de la tele que no soportamos. De fondo, Roland Garros. Una delicia de semana. Sabréis disculparme, espero.
Ahora se han acabado las vacaciones y a cambio, menos mal, ha vuelto el sol. Sé que es un puto tópico de mierda, pero ya era hora. Más que nada porque tenía ganas de estrenar unas sandalias nuevas que se aburrían en su caja desde hace dos semanas. También los pies se aburrían de calcetines.
Sigo teniendo que estudiar y hacer la programación de marras, así que mi presencia aquí, en esta recta final, debería ser testimonial. Pero una, como es así de apañá, conseguirá robar horas a las amargas obligaciones opositoras para soltar un poco de mierda sobrante. Siempre hay mierda sobrante, aunque hoy casi mejor me la guardo.
El sábado me compré en el kiosko un pack de dvd que tenía El amigo americano y El Gatopardo. Anoche vi la primera de ellas. Siempre se me ha escapado el personaje de la Highsmith. Tendré que dedicarle un poco más de tiempo, tanto al literario como a sus diversas encarnaciones cinematográficas (admito sugerencias).
Pero desde anoche amo a Bruno Ganz.
6 comentarios:
Nunca es tarde para descubrir nuevos amores...
Eso espero...
¿Implica eso una revisión de "El Hundimiento"? Lo digo porque todavía no la he visto...
El Hundimiento está bien por sus intenciones, su ambiente, la magistral interpretación de Ganz, la novedosa y valiente aproximación histórica al personaje de Hitler como ser humano complejo y la sensación de acabamiento, locura, agobio y claustrofobia. Pero está mal por su longitud, su narratividad desconcertante, el caos de personajes, su falta de claridad expositiva y su mezcla incomprensible de puntos de vista.
Recomiendo verla en caso de tener una larga tarde libre en la que no haya absolutamente ninguna otra cosa que hacer. Por supuesto, y más tú que puedes, obligatoria la versión original: el doblaje es uno de los peores que he tenido que sufrir en mi vida.
Pues sí se te ha echado de menos, aunque no quieras que se te conteste :-)
Tener visitas es estupendo, más cuando se pueden compartir tantas cosas como parece que has compartido tú con la tuya. Y hay que mimarlas, así que perfectamente disculpada por tu desaparición.
Bruno Ganz es también estupendo. No he visto El hundimiento, pero lo recuerdo bien tanto en Nosferatu como en Cielo sobre Berlín. Que todos los ángeles fuera así ;-)
Un beso
Empieza por "A pleno sol", con Alain Delon haciendo de Ripley...mmmm
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