18 marzo 2010

Estreno cajón

Bajaba hoy las escaleras cargada con una maleta y unas cuantas cosas más cuando se me ocurrió un nuevo cajón para este sitio. Soy mucho de soltarme a mí misma frases lapidarias que analizan o sintetizan situaciones, a veces sin rastro de compasión. De modo que he pensado (si recuerdo o tengo ocasión de apuntarlas) abrir este cajón titulado Simples verdades como puños.

Me estreno con una idea que apuntaba mientras apuntaba la idea, valga la (pronto cuádruple) redundancia:

Si lo apunto, no necesito apuntarlo.

2 comentarios:

Antígona dijo...

Maja, no sé si te pillo :)

¿Si lo apuntas, no necesitas apuntarlo porque lo que apuntas está claro que es algo que no vas a olvidar?

¿Y cómo sabes que el gesto de apuntarlo, o la decisión de apuntarlo, no es precisamente lo que te impedirá olvidarlo?

Ay, qué batalla llevamos contra el olvido. Cuando lo característico del olvido consiste en que uno ni tan siquiera recuerda haber olvidado lo que ha olvidado.

Con lo cual parece que la batalla está de antemano perdida, ¿no?

La memoria, ese otro gran enigma :)

Me apunto, no obstante, tu frase lapidaria. ¿O mejor no, si no lo necesito? :)

Otro beso!

k dijo...

Lo has pillado perfectamente, Antígona :) Es a medio camino que si es tan importante como para que quieras apuntarlo, lo más probable es que no lo vayas a olvidar de todos modos. Y por otra parte, en cuanto lo apuntas se te queda grabado en la memoria. Se me ocurrió apuntando la idea del cajón, claro :P

Lo que jode del olvido es cuando recuerdas que tenías algo importante que recordar, pero no recuerdas qué era...

¡Apúntala por si acaso!