28 julio 2007

Ingmar Bergman

He sentido cierto afecto por estas personas mientras me ocupaba de ellas. Han sido bastante contradictorias, a veces preocupantemente pueriles, a veces bastante maduras. Dicen muchas tonterías, a veces exponen algo juicioso. Son temerosas, alegres, egoístas, tontas, buenas, sensatas, abnegadas,afectuosas, irascibles, indulgentes, sentimentales, insoportables y adorables. Todo revuelto.

(Del prólogo a la edición de sus guiones Saraband y Secretos de un matrimonio, Tusquets, febrero 2007.)

Espero que su vida haya sido plena. Y que descanse en paz.

(Esas cosas.)

2 comentarios:

Antígona dijo...

Parece que Bergman nos estuviera describiendo a todos y cada uno de nosotros, incluído él. De lo cual se desprende que este hombre ha sabido indagar como nadie en la complejidad del alma humana, y mostrar que en absoluto es fácil describirla.

Un beso

desconvencida dijo...

Qué buen prólogo... no sólo me gustaba como cineasta, como escritor era un maestro eligiendo las palabras adecuadas...