06 marzo 2008

Preparando el viaje

Intento rescatar el archivo en mi memoria de todo lo que he leído, oído y visto. Intento hacer una lista de cosas que me juré que no me quedaría sin ver en el caso de ir hasta allí. Intento recordar los lugares que recomendaba Billywild. Es imposible. Me abruma la cantidad inmensurable de posibilidades.

Hablo con algunos amigos que ya han estado. Les pido por favor que me den sólo dos o tres datos por conversación (no pueden hacerlo). Leo la guía que me compré el otro día en Madrid. Soporto un par de páginas por sesión, apenas diez minutos, y la información que soy capaz de retener es mínima.

Algo que nunca había experimentado y que estoy viviendo relativamente a menudo de un tiempo a esta parte: la sensación de ansiedad que va aumentando hasta hacerse casi intolerable a medida que la fecha de cumplimiento del sueño se acerca.

No sé si tal vez sería mejor ir sin ninguna información, abandonarme a las calles, al espíritu de la ciudad, vagar sin rumbo y decidir sobre la marcha. Hasta cierto punto es imposible, pero tal vez, pienso por momentos, sería mejor no investigar más, dejar la documentación exhaustiva para la segunda visita, o la tercera, o la cuarta.

Porque las habrá, si no me muero antes. El otro día un amigo me leyó las líneas de la mano. Dijo que en mi futuro había muchos viajes, "to other countries". Ya lo sabía, pero me gustó oírlo de sus labios, me gustó oírlo en su idioma. Me pintó un futuro prometedor, bastante parecido al que he planeado.

Chicos, esto es sólo el principio.

11 comentarios:

Lula Fortune dijo...

Pero...¿de verdad te vas a ir...Allí? ¿En serio? Creo que no podré soportarlo más. Estos ataques de envida están minando mi salud.
No leas nada, no hagas nada. Ya verás cuánto sabes de la ciudad en cuanto llegues ¿qué apuestas?
Sólo déjate llevar y cuéntalo todo a tu vuelta.Por favor!!!!
(Si quieres alguna humilde sugerencia, nada de guías, ni museos...sólo rincones y momentos, no tienes más que decirlo y te mandaré un correo)
Muchos besos muy, muy envidiosos.

Gata Vagabunda dijo...

Mi jefe me dijo en una ocasión (con total acierto) que cualquier viaje soñado -como éste- se compone de tres partes: la preparación, el viaje en sí, y los recuerdos y charlas posteriores. Así que es inevitable lo de la guía, lo de preguntar, lo de trazar en mente mil ideas. ¡Es que forma parte del viaje! No desperdicies esta primera etapa ;-)

Anónimo dijo...

DISFRUTA

D. MORGAN.

Oyros dijo...

Estoy con Gata. Hay que intentar disfrutar de las tres partes al máximo :)

Entonces te vas a Allí? Pues no te agobies. Tráza un plan general que no te importe modificar o destruir y lánzate a la aventura. Al final no hay nada como perderse por una ciudad sin rumbo y que el azar y la improvisación te lleven donde ellos quieran.

Lo único importante: no te obligues a disfrutar del viaje y, simplemente, disfrútalo :)

Anónimo dijo...

Felicidades porque vas a la CIUDAD más fascinante, bella, intensa,caótica, dolorosa,vibrante,espectacular,mágica, misteriosa, acogedora,incómoda ... y podría seguir y seguir pero te deseo que la descubras, que la vivas que la disfrutes y que la saborees con placer.
Mi sueño vivir en ella, yo también volveré.
buen viaje

k dijo...

De verdad, de verdad, Lula. Todavía no puedo creerlo, y eso que tengo el billete desde hace tres meses casi. Es imposible hacer lo que me dices. Mi necesidad de control me obliga a tener una guía y leerla antes de ir, aunque lo más probable es que no la mire cuando llegue allí (es decir.. Allí). Lo que es totalmente imposible es no visitar museos. Met, MoMA, Frick Collection, Guggenheim... son paradas obligatorias para mí, aunque solo pueda sobrevolarlos. ¡Tengo que ver ese cuadro de Pollock en toda su inmensa extensión! ¡Tengo que ver a Edward Hopper en el Whitney! Y sobre lo de contarlo a mi vuelta... me pregunto si seré capaz. Y sí, me gustaría muchísimo contar con alguna de tus sugerencias, sería genial, porque algo me dice que si las sigo volveré un poco más satisfecha. Mi dirección de email está en mi perfil, si tienes un rato :)

Gata, estoy de acuerdo con tu jefe y contigo. Estoy disfrutando tanto de esta fase de preparación, del tachado de los días, de la fabricación minuciosa de listas de cositas, del estudio asombrado (y abrumado) de la guía, de las conversaciones con los viajeros, que me compensa los momentos de ansiedad que me provocan a veces tantos datos. Lo demás ya lo iré viendo pero solamente el hecho de mirar el billete me hace feliz. ¡Si ayer estaba viendo Sin rastro y se me ponían los pelos de punta de ver los edificios de Manhattan en la tele!

D. Morgan, lo haré, lo haré.

Oyros, creo que ese es exactamente el plan: trazar unas indicaciones genéricas y luego dejar que las circunstancias decidan por mí. Y sobre disfrutar... no necesito obligarme :)

Gracias, desconocido (o desconocida), espero descubrir todo eso que dices. Es otro de mis sueños, también, vivir en ella una temporada. Supongo que un sueño compartido por muchos locos más, claro :)

Lula Fortune dijo...

Si no lo tengo, lo buscaré. Yo no decía que no fueras a Museos, por supuesto que hay que ir (El Whitney, es mi favorito. Ver a Hopper!!!!)pero me refería a que esas cosas vienen muy bien explicadas en la guías y un mercadillo dominguero lleno de neyorquinos, puede que no.
Sigo relamiéndome de envidia.
Te escribiré.Besos.

Antígona dijo...

Jajaja, K, ¡pero qué ansiedad, tú! Aunque desde luego, la ocasión no es para menos.

Prepárate todo lo que puedas, por qué no, yo también pienso que es así como más se disfruta luego del viaje. Pero una vez allí, siéntete libre para perder el tiempo que te haga falta simplemente callejeando, observando a la gente (¡hay mucho que observar, ya verás!), dejándote empapar por el ritmo de la ciudad, tomándote un café en un sitio pintoresco. Esa ciudad está tan viva que sólo pasear por ella te llenará de energía. ¡Y luego nos cuentas cuántas veces te has quedado con la boca abierta ante algo que no te esperabas encontrar! Porque esa ciudad es así, al menos tal y como yo la recuerdo. La sorpresa aguarda a la vuelta de cada esquina.

¡Un beso!

el nombre... dijo...

Bueno, leí también tu post anterior, y te digo que a mí, como película, me gustó mucho. Pone sobre la mesa la cuestión del deseo humano, con todas las contradicciones, y los fallos, y las consecuencias... Bueno, por supuesto que las características de los personajes no son de lo más recomendables, pero Allen puso las miserias al desnudo en esta peli. Bueno, es nada más otra opinión, que recién te visito.

Con respecto a tu viaje, empezá a disfrutarlo desde ahora, desde esta ansiedad, que recordarás junto a las vivencias que te esperan, y mejor si no planéas demasiado, y te soltás a que cualquier cosa te detenga al sorprenderte. Mezcláte con la gente, saboreá sus gustos, empalagáte con su idioma.
Todo es bueno cuando uno viaja, hasta lo malo...
Besos.

Anónimo dijo...

Solo puedo desearte que el viaje sea inolvidable. Siempre que alguien se va a un destino marcado como obligatorio en mi agenda de la vida, me da una envidia terrible. Espero que al volver tus vivencias me hagan subrayar con fuerza esa nota mental sobre un viaje que ojalá algún día deje de estar pendiente.
Trae para los demás un buen álbum de recuerdos ;-)

k dijo...

Lula, gracias! :)

Antígona... ¿ansiedad, yo? Qué va, hombre... :P Por supuesto, tus indicaciones son exactamente mis planes. Le sacaré una foto a la rejilla de ventilación del metro que le levantó la falda a Marilyn, como no puede ser menos!

Gracias por venir, el nombre. Desde luego, me encanta que me lleven la contraria cuando el razonamiento está tan bien expuesto. En realidad no opinamos tan distinto: Match Point es una peli cojonuda, creo yo, pero joder, cuánta miseria. Y sobre el viaje, me gusta tu última frase. Creo que la comparto (siempre que lo malo no sea muy malo!) Vuelve cuando quieras.

Jafatron, sé cómo te sientes, porque no hace tanto tiempo que yo me sentía igual: tenía que hacerlo "algún día", pero "algún día" no llegaba nunca, porque la decisión era mía y nunca la tomaba. Ahora estoy nerviosa, nerviosísima, pero me siento bien por haber dado el paso. Supongo que es porque ahora sí que tengo la sensación de llevar en la mano las riendas de mi vida, mira tú qué idiotez. En fin.