10 noviembre 2007

Jo, cómo mola…

Los viernes hay concierto en el Baranda. Unas veces es hardcore del pueblo de al lado, otras veces es música folclórica, otras veces rocanrolito más o menos humilde, estamos a la espera de un pop bastante bien hecho, por lo que dicen. Para entendernos, normalmente no se sabe en qué idioma cantan.

El público del Baranda es difícil. Hablan mientras suena la música (y más alto cuanto más alta suene la música, de hecho, no vaya a ser que no se les oiga). Tardan varios segundos en empezar a aplaudir después de que terminan las canciones. Son capaces de acabar con la confianza de cualquiera que tenga los huevos de subirse a ese escenario. Hace un mes estuvo Josele Santiago, al que le sentó fatal estar oyendo las conversaciones del público de la primera fila mientras cantaba prácticamente a solas con su guitarra y su compañero (Pablo Novoa), pero que ni con broncas ni con malos gestos consiguió acallarlas.

Pero nosotras vamos todos los viernes, toque quien toque, porque de esto no hay aquí, un poco en la línea de lo que comentaba el otro día sobre la versión original. ¿Hay? Pues vas. Vas y escuchas e intentas hacer ver al respetable por qué se llama respetable. Atiendes, escuchas, aplaudes, hagan lo que hagan los que están allí arriba peleándose con los micros y con la indiferencia de la mayoría de los de abajo.

Y anoche tuvimos un pequeño lujo. Un grupo de Alicante llamado Aguardiente Swing Quartet. Esta vez sí que había música bien hecha. No lo digo por desmerecer. Un contrabajo y tres guitarras (o dos guitarras y una voz muy bien modulada) tocando ritmos swing, jazz y gipsy jazz. Haciéndolo bien. Una buena voz llevándonos a los años 30 y 40, a los ritmos iniciales, a la base de la música que me gusta a mí. O lo que debe de ser la base, intuyo, que yo de esto no entiendo mucho.

Mi amiga me dijo "¡Se entiende mejor a este cantando en inglés que al de la semana pasada cantando en gallego!" Insisto, pa entendernos.

No es la música que más escucho en casa o en el coche. Pero creo que es la música que más disfruto en directo. No sé por qué, es una música que ha nacido para estos locales oscuros y llenos de humo. Ahí cuando no puedes evitar mover la cabeza y dar palmas, mover los pies o las rodillas al compás de esa música tan rítmica y tan bien hecha. Estos chicos eran aplaudidos sin compás de espera, lo que ya es un triunfo en el Baranda, aunque ellos no lo sepan ni estén en condiciones de valorarlo. Incluso los moscardones molestos, los que gritaban para hacer oír sus voces por encima de unas guitarras (acústicas) que se esforzaban en ignorarles, se fueron transcurrida poco más de la mitad del concierto y nos dejaron a los que sí lo estábamos pasando bien, bien de verdad, bien por primera vez (o segunda, en realidad) que nos dedicáramos a disfrutar de una cosa bien hecha. Bien hecha y con cariño.

Son admirables este tipo de músicos. Gente que sabe que nunca se hará famosa, que jamás será número uno en las listas de la radio fórmula. Gente que se echa su guitarra al maletero y se hace mil kilómetros para hacer diez días de gira por pueblos donde no saben si tocarán en la sala de plenos del ayuntamiento, en el aula de cultura o en un bar punky. Donde no saben si la gente que va a escucharles sabe lo que es el swing, donde la gente va a gritarles "¡tocad una de los rolin!" Y quieren vivir de esto, y viven por dentro, porque te cuentan una anécdota que les pasó con un niño gitano en una jam session en Francia, y les brillan los ojos cuando te dicen que ha venido alguien a felicitarles y te cuentan que dentro de tres días tocan con Malevaje y que siempre funciona muy bien y que creen que merece la pena verlo.

Así que con Malevaje. La verdad es que voy a ir, aunque tengo que hacer unos kilómetros, y esta vez (¡qué cutre!) voy a llevar en el bolsillo el suficiente dinero para comprarles el disco. Porque aunque esta es una música para directo, me he quedado con ganas de más.

Abrieron con esto:

7 comentarios:

Lula Fortune dijo...

0 día 1 de decembro na "Fábrica de chocolate", aquí en Citröen sur Mer, tocan D-Homens. Unos chavales auténticamente geniales. Ya que te veo muy animada a los conciertos...
Besitos guerreros.

k dijo...

Pois... é cuestión de non pensalo moito... Gracias :)

Gata Vagabunda dijo...

Pues el día que vayamos a verte nos llevas a ese bar. Yo quiero ir. He dicho.

k dijo...

Y... crees que será pronto, ese día?

El grupo que esperamos para diciembre es Sugar Mountain, que creo que le gusta bastante a un amigo vuestro. Lo digo por si sirve de acicate... :)

Anónimo dijo...

Oye, pues no deberíamos tardar en visitar, no... :-)

Exlucifer dijo...

Aunque nada tengo que decir, mejor unas palabras necias que un olvidado silencio
o.k.

k dijo...

ok. Antes no estaba :) Un beso