Johnny Cash
Empecé con los preparativos para el viaje a Nueva York con varios meses de antelación. Una de las paradas obligatorias era hacerme el pasaporte (y para eso necesitaba renovar el dni, caducado desde septiembre, lo normal tratándose de mí). Así que un día me fui al centro para hacerme con los dos documentos. Lo primero, claro, era hacerse fotos.
El empleado de la tienda era un encanto. No sé las fotos que tiró hasta que los dos nos quedamos contentos ("me tiene que durar diez años!") Después me dijo que tardarían una media hora en estar listas. Así que me fui a dar una vuelta por el centro comercial.
Entré en una tienda de electrodomésticos que tiene una sección de discos y películas. Solo para mirar, ya sabéis. Empiezas a mirar y mirar y al final sales con varios discos. Yo aquel día me llevé uno de Bruce, claro. Y dos recopilatorios: uno de Tom Waits y otro de Johnny Cash. Este último fue por probar. De Tom Waits he escuchado muchas cosas, tengo varios discos en mp3, no hubo sorpresas.
Pero a Johnny Cash no lo conocía. En cuanto empezó a sonar la primera canción (Ring of fire) supe que estaba en casa. La música que me gusta escuchar una y otra vez, la música que me hace sentir a gusto, los ritmos que marcaron todo lo que soy ahora cuando tenía catorce o quince años.
La canción a la que me refería el otro día, con respecto a The ties that bind, se titula Walk the line. En el vídeo la versión es un poco cutre de sonido, pero corresponde a uno de los conciertos que dio en la cárcel de San Quintín y me ha gustado mucho (o es el que más me ha gustado de los que he visto). Johnny Cash tenía una relación especial con los presos.
Mantengo una estrecha vigilancia sobre mi corazón,
tengo los ojos bien abiertos todo el tiempo,
controlo los cabos del lazo que ata.
Porque eres mía, voy por el buen camino.
Me resulta muy, muy fácil para ser real,
me encuentro solo cuando el día se acaba.
Sí, admitiré que estoy loco por ti.
Porque eres mía, voy por el buen camino.
Tan seguro como la oscuridad de la noche y la luz del día,
te tengo en mi cabeza día y noche.
Y la felicidad que he conocido me demuestra que está bien,
Porque eres mía, voy por el buen camino.
Tienes una forma de mantenerme a tu lado,
me das motivos para amarte que no puedo esconder.
Por ti sé que incluso podría darle la vuelta a la marea
porque eres mía, voy por el buen camino.
Mantengo una estrecha vigilancia sobre mi corazón,
mantengo los ojos bien abiertos todo el tiempo,
controlo los cabos del lazo que ata.
Porque eres mía, voy por el buen camino.
Está claro que las dos canciones no se parecen en nada: coinciden en la temática pero difieren en el concepto, es decir, son todo lo contrario una de la otra. Y esa forma de estar cada una en un extremo de la idea de las relaciones personales es lo que me hace asociarlas.
No quiero decir muchas obviedades, y esta noche es lo único que me sale (cosas sobre la diferencia de planteamiento que tenemos las personas ante la aparición de los sentimientos, por ejemplo). Me parece que la canción habla por sí sola (a quien quiera escuchar).
Y ya que estoy aquí, quería hablaros de otra canción que estaba incluida en ese mismo recopilatorio. La primera vez que escuché el disco (el mismo día que lo compré, conduciendo hacia casa), hubo una canción especial, más especial que las demás. Me puso los pelos de punta en cuanto empezó a sonar. La voz grave y triste de Johnny Cash casi susurrando la historia me llegaron al alma sin llegar a entender del todo la letra de la canción, cosa que conseguí tras escucharla un par de veces (la pronunciación de Johnny Cash es bastante clara para mí). Cuando entendí la letra de la canción, la historia que la canción cuenta, me hizo llorar. Qué le haremos, soy así.
La canción se titula Give my love to Rose. Está aquí.
7 comentarios:
lo prometido es deuda
Pues yo como siempre hago lazos mentales con las pantallas de cine para recordar que "Walk the line" es, precisamente, el título de la película sobre Johnny Cash al que, según me ha dicho una amiga a la que le encanta el personaje, encarna de manera increíble Joaquin Phoenix. Que conste que no la he visto, pero después de leer tu post, me apetece más ;-)
Anónimo: ok, espero que te gustara.
Gata, yo tampoco la he visto y la verdad es que también tengo ganas. Se me acumulan las cosas pendientes...
NADIE SABE SI ESTARÁ AQUÍ MAÑANA.
SI NO ESTOY, ES QUE ME HE IDO.
D.MORGAN
Yo prefiero que estés.
Tienes razón, K. He revisado la letra de la canción "The ties that bind" y las dos canciones hablan, como dices, de lo mismo, pero desde los extremos opuestos: la convicción y el descrédito, la certeza y el estar perdido fruto de la incertidumbre, el hallazgo y el escepticimo de quien no encuentra.
Ambas letras me parecen excepcionales por lo bien que reflejan aquello que quieren reflejar, y me conmueven por igual. Una porque está llena de luz y alegría, la otra por su oscuridad y la pequeña tragedia -o grande, según se mire o se sienta- que lleva consigo.
Supongo que la cuestión es que la certeza de la que habla la canción de Johnny Cash es una experiencia mucho más rara, incluso excepcional diría. Se presenta pocas veces en esta vida. La incertidumbre de la de Springsteen me parece mucho más universal. Todos la hemos vivido alguna vez, todos podemos volver a vivirla incluso si en algún momento hemos tenido la suerte de alcanzar la certeza.
En cuanto a "Give my love to Rose", no me extraña que la historia te hiciera llorar. Calificarla de desgarradora es poco. Ahora, creo que me gusta más la versión de Springsteen. Me parece que voy contagiándome poco a poco de esa extraña patología que ya se ha cobrado su primera víctima. ¡Tendré que andar con ojo! ;)
¡Un beso!
No me puedo creer, Antígona, que te hayas tomado la molestia de comparar las dos canciones. Me alegro de que veas lo mismo, me hace sentir un poco menos extraña, tengo tu criterio en muy alta estima! (Eso y lo bien que lo explicas, que no tengo nada que añadir.)
Con respecto a la versión de Johnny Cash contra la versión de Bruce Springsteen, yo de verdad no sé con cuál quedarme, por eso puse las dos. La primera es la que me llegó hasta dentro, pero la segunda... la segunda es Bruce :) Que sepas que ya estás perdida, amiga.
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