14 diciembre 2006

Primera evaluación

He hecho cientos de exámenes en mi vida.

Hoy, por primera vez, estoy al otro lado.

Es una sensación rara. Yo soy quien hace las preguntas y sé contestarlas todas, sé qué deberían contestar para sacar un sobresaliente.

Les veo agachados sobre los papeles, no sé si el examen les resulta fácil o difícil.

No escriben mucho. Supongo que yo era en ese sentido una alumna estimulante. Bueno o malo, escribía mucho en los exámenes. Sólo dejé en blanco un examen en toda mi vida, más por rebeldía que por ignorancia. Ignorancia también, pero no tanta como para no escribir nada. Sólo fue que pensé "¿para qué me voy a molestar?". Fue en 3º de BUP, matemáticas.

Es curioso. Veo a estos chavales y me doy cuenta de que no me importaba hacer exámenes. Me gustaba demostrar lo lista que era. Me jodía que me hicieran preguntas raras porque no quería quedar mal con el profe.

Paran de escribir, levantan los ojos hacia la izquierda, signo de que intentan recordar y no inventar. Buena señal.

Estoy sentada. Escribo y de vez en cuando les miro. No sé si me importa que copien. No hacen el examen para mí, eso es algo que siempre tuve muy claro. Si ellos también lo tienen claro o no, no me importa. En realidad, el examen es lo de menos. No les va a sacar jamás una castaña del fuego en la vida, un examen. Ni un aprobado.

¿O sí?

Lo que sí me preocupa es saber si habrán aprendido algo. Si algo de lo que les digo se les quedará en la memoria. Si esto les servirá para algo. Si yo les serviré para algo.

Es imposible saberlo. Y ahí, son ellos los que evalúan; quien aprueba o suspende soy yo.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

No hay nada mejor que un buen maestro. Quedan para la eternidad de uno. Disfruta.

Anónimo dijo...

El miedo está en no serlo.

Maestro, por otra parte, es una palabra que me queda grande.

Lo dejamos en profe, que es lo que me llaman y me ajusta más al cuerpo... y me asusta menos el alma.

desconvencida dijo...

Tiene que ser una sensación extraña... recuerdo que cuando yo era alumna fantaseaba con poner exámenes y corregirlos sin piedad con un rotulador rojo, jajaja... supongo que tú también tenías ese sueño, ya que lo has hecho realidad ;)

Anónimo dijo...

Sí he corregido sin piedad, sí... y con un gran sentido de culpa, de frustración y de rabia por tener que suspender a gente que me cae bien... pero que no ha estudiado... Cosas que pasan. Menos mal que también hay gente que cumple las expectativas...

(A la pregunta ¿Qué es el suspense? ¿Cuál es el procedimiento para crearlo? Los que contestan, escriben la palabra "espectativa". Ay.)