14 marzo 2007

Este mundo tan raro

Estas cosas de los blogs son un poco raras. Dejando aparte el carácter netamente exhibicionista de la cosa… o no, mejor no lo dejo aparte. Voy a hablar precisamente del carácter exhibicionista.

Porque sí. Un blog es un espacio libre en internet. Antes había libretas y blocs (los llevabas en el bolso, en el bolsillo, unas hojas arrugadas, aún hay quien lo hace... yo, por ejemplo, pero hay gente más ilustre). Hoy hay un ordenador portátil o de sobremesa. Y lo más importante, lo que hace que este mundo sea especial: hay lectores. Aunque sean tres o cuatro.

Cada persona que ha soñado con escribir alguna vez y no lo ha hecho; cada persona que escribe habitualmente para nadie; cada persona que considera escribir como algo tan necesario para la vida como soñar o beber cerveza, todos tienen la posibilidad de abrir un diario (oh, maravilloso concepto, "cuaderno de bitácora") y depositar ahí lo que tengan a bien.

Para eso, una condición imprescindible es creer, aunque sea en un escondido rincón de tu alma, que lo que tienes que decir es interesante para alguien. Primer pecado de vanidad. Lo que es yo (que, desde luego, también tengo ese rincón y negarlo sería insultar a los tres o cuatro lectores que tengo) pienso la mayor parte del tiempo que lo que tengo que decir no me interesa ni a mí. Pero mi ombligo es mi ombligo. Tengo que cuidarlo como si fuera el centro del universo. Poco más o menos, es el centro de mi universo.

Así que damos por supuesto que a alguien le interesa un antiguo amor, qué canciones o películas nos gustan, qué opinamos sobre el último anuncio de cocacola, qué libro estamos leyendo o qué pensamos hacer con nuestras vidas una vez hayamos aprobado la oposición; o cuál es nuestra posición ideológica con respecto al cambio climático, la kale borroka o la ocupación de Timor Oriental.

Y lo gracioso. Lo gracioso es que a alguien le interesa. De repente llegan un día y vuelven al siguiente, o al otro, y dicen algo.

Uno visita los blogs de otras personas cuando le gusta lo que cuentan, cómo lo cuentan, por qué lo cuentan. Es decir, porque a uno le apetece saber qué libro está leyendo el otro, algo sobre su antiguo amor o lo que sea. Cuando uno visita un blog está buscando entrar en contacto con alguien de quien sólo va a conocer lo que quiera mostrar, aunque sea mentira. Como la vida misma. Y se establecen afinidades estéticas, ideológicas, intelectuales, esas cosas.

En esto, como en botica, hay de todo: los que leen durante horas y jamás dicen una palabra. Los que una vez se atreven a hablar y al instante de hacerlo se arrepienten para no volver jamás. Los tímidos, los confianzudos, los seguros de sí mismos, los que se saben bienvenidos, las agradables sorpresas. Uno comenta tímidamente, porque lo que quiere es comentar, aportar algo, aunque sea algo que no tiene nada que ver con lo expresado, sólo demostrar que está ahí, y al final no puede evitar dejar su dirección web, con la esperanza de que el comentado se pase por allí y la reacción sea recíproca: si él me gusta, ¿por qué no iba a gustarle yo? Estas cosas suelen ser mutuas, las simpatías y eso. ¿No?

Como la vida misma.

8 comentarios:

Gata Vagabunda dijo...

No quiero repetir tus palabras, pero sí: es como la vida misma.

Aunque en el fondo, yo creo que todos aquellos que se expresan tanto y tan bien en sus blogs (que no son todos, pero haberlos hailos) son, en su mayoría, personas que en el cara a cara son incapaces de expresar el 50% de lo que tan estupendamente liberan escribiendo en el blog. Para muchos no es tanto exhibicionismo o vanidad como... como liberación.

k dijo...

También hay algo de eso en muchos casos, es verdad. Y también hay gente solitaria que busca amigos, o lo que sea. Pero esa liberación lleva adosada esa especie de exhibicionismo, aunque sólo sea la vanidad de demostrar que "no soy lo que parezco", aunque sólo se trate de demostrarlo a uno mismo... ¿no?

desconvencida dijo...

Hay un poco de exhibicionismo, de narcisismo, de vanidad,de autoafirmación, de liberación... y es realmente divertido :)

k dijo...

¡Eso sobre todo! Buena puntualización :)

Anónimo dijo...

No me cabe la menor duda: soy un narcisista/exhibicionista convencido. Si siempre me ha gustado hablar y que me escuchen no tiene nada de raro que me guste escribir y que me lean.

De todas maneras últimamente ando pensando (y diciendo) que los blogs cogen sus propias configuraciones. A veces es lugar de encuentro de amigos que están separados y se ven allí y otras es un foro público casi casi como los de la plaza del pueblo.

Una vez una amiga no lectora, que hacía Erasmus en Bologna, echó un vistazo a mi cuaderno y luego se me acercó y me dijo: "macho, vaya filosofadas que te marcas". Joer, me río cada vez que me acuerdo. Que razón tiene, vaya filosofadas, y en realidad me doy cuenta de lo muchísimo que se parece lo que pasa allí (en el blog) a lo que me ha pasado miles de veces en las madrugadas de los bares con los buenos amigos. Horas y horas de hablar por hablar reflexionando sobre cualquier cosa. Me encanta que esas filosofadas se queden escritas y uno pueda volver una y otra vez sobre ellas.

Luego están las sorpresas. La simplicidad del "me gustas".

Hace unos días me mandó un e-mail un buen amigo. Tenía una línea. Decía: "Me gusta mucho el blog de K."

Así de simple :-)

NoSurrender dijo...

A mí también me gusta el blog de K.

El cibermundo está lleno de clicks y éste es uno de los que me gusta marcar.

Es así de sencillo. ¡Claro que sí!

k dijo...

Yo creo que más bien soy una narcisista/exhibicionista acomplejada. No termino de digerir muy bien de qué va todo esto en realidad, para qué sirve, con qué finalidad se usa. Lo que sí es verdad es que me gusta tanto hablar y que me escuchen (y escuchar en contrapartida) como escribir y que me lean (y leer, sobre todo, leer).

Lo de las filosofadas va con el carácter, supongo. El blog sirve para soltar todas las que quiera uno, al fin y al cabo, nadie está obligado a leerlas :)

Dale las gracias a tu amigo de mi parte. Mi ego ahora mismo se está saliendo por la ventana, así que no puedo hacerlo yo misma.

Lo mismo para ti, lagarto. Eres un sol.

(La verdad es que la idea del post no era esta, qué cierto lo que me decía el otro día un amigo en un mail: "los comentaristas han tomado el poder". Lo podemos llamar "el golpe de estado de los comentaristas"...)

Anónimo dijo...

Yo creo que esto es lo bueno de internet, las pistas abiertas a otro tipo de relaciones. Es raro, puede, pero para el chaval de 12 años es lo más normal del mundo.
Detrás de K, de su blog, siempre se deja ver la persona. Eso es un hecho. Y lo hace más interesante.