27 febrero 2008

Arte

En todas las clases tengo alumnos adultos. Cuando digo adultos quiero decir "más adultos que yo". Son personas que se dedican a otra cosa para ganarse la vida pero que quieren aprender algo más.

Una de las asignaturas que imparto (de hecho, la más fascinante), se llama "Teoría de la Imagen". Cuando la estudié en la carrera me costó un verano extra, no os digo más. Por eso intento que mis chicos no se mueran de asco. Les meto el rollo, claro, contra eso no hay nada que hacer, pero después gasto horas enteras viendo imágenes con ellos, opinando sobre ellas, analizándolas y, sobre todo, dejándoles hablar (cuando se dejan).

Hoy tocaba ver cuadros y buscar en ellos el dinamismo, la temporalidad en la imagen fija, la tensión y el ritmo. Vale. Reconozco que es un coñazo y además una paja mental. Pobrecitos. Pero, como dijo aquél, el que busca, encuentra.

La cosa es que empezamos por una imagen sencillita, una Anunciación de Fra Angélico (no sé cuántas tiene, igual era LA Anunciación de Fra Angélico, el que lo sepa o tenga ganas de averiguarlo, que lo diga). Y una de mis alumnas adultas, la enfermera, concretamente, dijo: "Vale, con estas no tengo problema, pero… ¿qué pasa con el cubismo y esas cosas?"

"¿Cubismo?" Pensé yo. "Te vas a cagar".

Y les puse esto:



Para los ignorantes, que habrá pocos puesto que hay pocos lectores, informo que el cuadro se titula Autumn Rhythm (number 30) y lo pintó Jackson Pollock en 1950.

Claro, la conversación derivó por ni os imagináis qué derroteros. Los límites, la función y la significación del arte. Las tomaduras de pelo, las cosas que no lo son, o según quién lo mire, o cómo podemos considerar arte a algo que pretende serlo. Arco (por supuesto), el artista que mataba de hambre a un perro en una performance, de nuevo los límites, el arte como último reducto de la libertad (esto lo dije yo, ya caliente), Picasso, Kandinski, Van Gogh, otra performance (en la que cuatro actores mimetizados con el público protestan porque la performance no empieza y acaban sublevando a la multitud, y eso era la performance), su sentido, su significado, "esto a mí no me vale", "si tiene tanta técnica, ¿por qué no hace otra cosa?", "porque no le da la gana, entre otros muchos motivos", la expresividad, la técnica, otra vez la función del arte, otra vez los motivos, vuelta a Arco, (y eso que todavía no había visto en la tele que este año en Arco había una revisitación de la Maja de Goya con Yola Berrocal como modelo). En un momento hasta llegué a decirle... abre tu mente... be water, my friend...

De verdad, ha sido una conversación muy interesante, muy participativa, acalorada por momentos, en la que todo el mundo ha aportado cosas y en la que al final yo creo que todo el mundo acabó diciendo más o menos lo mismo, o sea, lo normal en estos casos. Tal vez en el fondo la enfermera no tenía ganas de recibir clase hoy. Y a lo mejor al final hasta aprendió algo. Yo, desde luego, sí.

Para rematar, una alumna de las de 20, dijo, "o sea, que como siempre: para gustos, colores".

Y otro alumno, de los de 50, mientras salía, dijo: "menudo pollo con Pollock".

Y ha sido lo mejor de la semana.

15 comentarios:

Anónimo dijo...

Lo interesante en este tipo de conversaciones es percibir la concepción que tienen los demás sobre el arte. Es algo muy personal, desde luego. A mí me gustan cosas que no se consideran arte, y hay arte que no me gusta nada.
Supongo que el arte como concepto y la parte puramente estética deben convivir en harmonia dentro de cada uno, pero es inevitable el conflicto con la percepción ajena y por eso, al sacar esa harmonia fuera ocurre precisamente que tienes una conversación interesante. O quizá no para algunos, porque las conversaciones así también hay que saber apreciarlas. Como el arte. Muy personal todo, en definitiva. Como este comentario (del que me disculpo ya por la extensión y el contenido si lo tiene).

ladydark dijo...

En estas casos tengo una teoria comprobada, cuanto más puro y más limpio esta uno mejor ve. Creo que ya lo he comentado alguna vez, muchos sábados por la mañana los empleo en ir a talleres con las niñas al Thyssen o al MNCARS. Es allí donde me quedo alucinada con la capacidad de comprensión, de "ver" que tienen los niños de 7 u 8 años. Donde tú tienes que esmerarte para conseguir vislumbrar algo y ten conformas con sentir lo que te transmite determinada pintura, ellos lo ven clarísimo, te descomponen el cuadro, te dicen que cuenta y de que trata, que quería expresar el autor, sin el menor problema. Y cuanto menos figurativa es la obra, más fácil les resulta. De hecho desde la mente de los adultos, que han recibido más información, es común oir lo de "pinta como un niño" (hartos estamos de oirlo sobre Miró, por ejemplo). En cualquier caso bueno sea lo que te hace sentir y cada uno será una cosa, igual o distinta.

Kurtz dijo...

A mí la obra que más me "pone" es la de la mierda enlatada, no recuerdo el autor, no recuerdo el título. Me parece una metáfora sublime. Siempre me pregunto si tendrá fecha de caducidad o será eterna.
Un saludo

Gata Vagabunda dijo...

Vamos: que has tenido con los alumnos el debate más viejo del mundo.

Bueno, en realidad creo que el límite en el arte lo pone el espectador. Cuanto más estrecha sea la rendija de entrada, más te costará hacerles pasar del barroco español ;-)

Por cierto, el cuadro de Pollock me encanta. ¡Ya decía yo que Ed Harris era un tipo con talento! jejejejeje

Churra dijo...

Aqui vengo yo ...pues mira ni la mas remota idea de quien es Pollock, pero este cuadro me gusta .Yo que soy una absoluta analfabeta en esto siempre pienso ¿lo pondria yo en mi casa ? me gustaria levantar la vista y mirarlo, cosas asi.
Ya se que es de un simplista que asusta por eso quizas me encantaba un programa que habia hace muchos en los años en la tele que se llamaba "Mirar un cuadro"( precisamente con la colaboracio de niños que explicaban lo que ellos veian ) ..
En fin, es lo que hay...
Un saludo ( he pasado por aqui alguna vez a leer cosas de cine)

Anónimo dijo...

Jafatron, creo que a todos nos pasa lo mismo. Al final, y más aún en los tiempos que corren, cada uno decide lo que para él es arte. Lo que no se puede hacer, y eso es lo que yo intentaba ayer hacerle comprender a mi empecinada alumna, es la importancia de ese "para él". La opinión es individual y no universalizable; que una cosa es que no te guste lo que alguien hace y otra cosa es decir que es una mierda (a no ser que literalmente lo sea, como en el ejemplo del Coronel Kurtz :P). Por otra parte, para ser sincera, yo misma me canso en seguida de estas conversaciones. Pero ayer me gustó ver a todo el grupo participando apasionadamente. Nunca te disculpes por tus comentarios, al menos aquí.

Una vez más estoy de acuerdo contigo, Ladydark. Al final terminé diciéndoselo más o menos así a esta alumna. Su punto de vista está muy constreñido por sus prejuicios, y eso es todo. Me encantaría que algún niño me explicara alguna obra que no entiendo.

Coronel Kurtz, la mierda en el tarro también salió, claro. Como no podía ser menos :) Y del urinario (perdón, la Fuente) de Duchamp. ¿Son eternas? mientras se hable de ellas, sí. Y se habla, se habla.

Gata, si no el más viejo, uno de los más viejos, fijo. Y qué razón tienes con la estrechez de la rendija. Creo que esta chica todavía llega al realismo francés ;) Ed Harris, además de talento, que lo tiene, es uno de los hombres más atractivos de la historia del cine.

Churra, qué alegría verte por aquí. Tampoco te creas que yo conozco mucho a Pollock aparte de el archiconocido Lavender mist (aparecía en La sonrisa de Mona Lisa). En breve subsanaré eso, por cierto, en el Met. Dios mío, cada vez que lo pienso. Pues, simplista o no, eso mismo que tú dices es lo que les digo yo a los chavales a veces: que, dejando aparte consideraciones contextuales, de significado y demás, en el fondo lo único que importa es la respuesta a la pregunta "¿lo colgaría en mi salón?". Y lo demás, en realidad, es hablar por hablar. Vuelve :)

Anónimo dijo...

Lo que pasa es que el barroco engorda mucho...

Mola Pollock, ¿sí?

Anónimo dijo...

¿lo colgaría en mi salón? hombre, pues... una reproducción no pega con mis muebles de Ikea, pero claro, si cuelgo el original, a ver quien es el imbécil que me dice que no pega. Tal vez el arte tenga un valor que va más allá de la apreciación estética. Somos humanos, y débiles, y aún considerándome de "mente abierta" me descubro a veces diciendo "vaya puta mierda" a lo que algunos llaman arte. De alguna forma tengo que aplicar mi criterio, que tambien es humano y débil, como yo.
No, definitivamente no lo colgaría en mi salón... a menos que fuera el original.

k dijo...

Fanshawe, sí, mola!

Jafa... espero que tengas una buena pared en tu salón: 2,67 x 5,26 metros de nada :)

Para este caso concreto yo creo que colgaría en mi salón también una reproducción... Pero no colgaría otras muchas cosas que otros denominan arte, ahí estoy contigo, sí.

Anónimo dijo...

Entonces quizá debería colgar mi salón en el cuadro. Omitiré (para que nadie me insulte) que se me ha pasado por la cabeza recortarlo y poner el sobrante en el baño. Total, si no pega con los muebles, que más da... No me des cuerda que se me están ocurriendo un montón de barbaridades artísticas.

Oyros dijo...

Jefratron, ¿me pones cuarta y mitad de Pollock con lo que te sobre? Es que últimamente no tengo mucho arte :P

K, estoy de acuerdo contigo respecto a Ed Harris.

En cuanto a eso de "esta persona tan estrecha de miras no sabe de arte porque no puede apreciar a tal autor" me parece elitismo, que es un tipo de discriminación muy habitual en Bellas Artes. Lo sé porque lo he visto y lo he vivido.

Al final, del arte, mi opinión es que se mezcla el trabajo que le ha costado al autor hacer la obra con la calidad técnica de la obra y con los gustos personales del espectador. En Bellas Artes, como en ningún otro lugar, te pueden enseñar las dos primeras. La tercera, sólo viendo y saboreando puedes llegar a entender tus gustos.

Sólo es una humilde opinión...

Antígona dijo...

Ufff, qué tema más espinoso, y verdaderamente de los que levantan pasiones, porque todo el mundo ha tenido alguna vez la sensación de que con tal obra o con tal performance lo que quería el artista no era sino tomarle el pelo.

Casualidad que sea este cuadro de Pollock el mismo que yo puse en mi blog cuando se me ocurrió un día ponerme a elucubrar sobre estas cuestiones. Pero es que el cuadro se las trae, eh?

Supongo que el problema con las vanguardias es la existencia de un mercado del arte que pesa más que el arte mismo. Un mercado que es el que dice, con categorías estéticas que han dejado de ser inteligibles para el común de los mortales, qué es verdadero arte y qué no. Y una voluntad de ruptura en sus inicios que parece haberse convertido en el único criterio estético aceptable, como si sólo lo innovador, lo nunca visto, pudiera ser calificado de artístico. No sé. Durante siglos el arte no se concibió como ruptura, sino como buen hacer. Como técnica y escuela en pro de la excelencia de la obra. Como perfeccionamiento. Es obvio que si sólo tales criterios hubieran funcionado, la propia historia del arte no existiría. Pero creo que uno de los motivos por los que los espectadores tendemos a la perplejidad más que al goce estético ante una obra de arte actual radica en su práctica desaparición en las vanguardias a favor de la simple innovación.

En fin, poco sé del tema, así que igual digo tonterías. Pero algo pasa cuando ante una obra de arte lo primero que nos preguntamos es ¿qué significa eso?, en lugar de abandonarnos a algún tipo de experiencia más intuitiva o sensible.

Debiste pasártelo pipa, eh? ;)

¡Un beso!

k dijo...

El mercado, es verdad, es lo que más asquito da, porque es lo que intenta marcar lo que nos gusta o lo que no (siempre con esa connivencia de los que lo pueden pagar, supongo, o ¿son ellos el mercado? no sé nada de Economía...) No hay nada de malo en la innovación ni en la vanguardia, no elimina ni excluye el buen hacer ni la depuración técnica. La perplejidad se debe en gran parte al desconocimiento, me parece a mí. Y a que nos olvidamos de dejarnos sentir ante el arte, y tal vez no solo pensar. O al revés. Yo tampoco sé mucho :)

Pero sí, me lo pasé genial.

Anónimo dijo...

Esa es mi niña!! Cuando quieras la opinión de niños sobre una obra me la envías y arreglado, seguro que será muy interesante...
Me ha encantado tu clase :)

k dijo...

Jo, qué ilusión.

Lo de la obra lo podíamos hacer. Seguro que nos sorprende.