08 febrero 2007

Travis Bickle

Los miércoles no hay nada que me interese en la tele. Es el día de ver películas.

He visto Taxi Driver. Hoy no puedo escribir nada sobre ella. A lo mejor no podré nunca. Da igual.

También he visto el documental con los comentarios de los autores y los protagonistas.

Me quedo con esto:

"Yo tenía una oficina en Columbia. Un día, al regresar del almuerzo, la secretaria me dijo que no fuera a la oficina porque había alguien. Me dijo que la persona no había querido decir su nombre. Entré y me encontré a un joven. Me dijo:

—Quiero saber cómo supo de mí.

Le pregunté a qué se refería.

—He venido en autostop desde Seattle y he visto Taxi Driver, ¿quién le habló de mí?

Dije:

—Bueno, aclaremos las cosas. Supongo que trabajaste de taxista, escribiste sobre tus experiencias y crees que te he robado las ideas.

Y respondió:

—No, nunca fui taxista. Lo que quiero saber es quién le habló de mí.

Y me di cuenta de que era... era eso. Empecé a pensar que podía estar armado. Le dije:

—Quizá creas que ese dolor que sientes sólo lo sufres tú, pero no es cierto; yo pasé por ello, y la gente que hizo conmigo la película sabe lo que es. Y otros cientos de miles de jóvenes saben exactamente qué tipo de dolor es y cuando ven la película lo reconocen. Lo que sientes no es algo sólo tuyo. Es parte de una patología que compartimos. Y lo bueno de reconocerlo es que ves que no estás solo. Que puedes verte en ese contexto.

Esa experiencia de hablar al joven me hizo ver que habíamos creado algo real, que habíamos acertado al crear un personaje de la vida real."

Lo dice Paul Schrader.

7 comentarios:

desconvencida dijo...

Vaya historia, escalofriante...

No me extraña que te resulte difícil hablar de "Taxi driver".

Anónimo dijo...

No la he visto.

NoSurrender dijo...

Es una gran película. No deja de ser una ironía que suene ahora Scorsese como candidato al óscar por una película menor, cuando hace treinta años que sacudió la historia del Cine de tal manera que ya nunca pudo ser igual.

Travis es uno de los personajes más románticos, desgarradores y grandes de la historia del Cine, para mí.

¿se nota que me gusta la peli? :)

Anónimo dijo...

Lo escalofriante, Desconvencida, es haber logrado eso. Quién no desearía hacer algo así? Y que tiene razón en lo que dice. Consiguieron eso: ese personaje con el que puede uno identificarse en alguna medida. Mientras piensas que está loco, le entiendes. Eso también es escalofriante.

Africano, no creo que te gustara. Aunque nunca se sabe...

Yo también pensé eso anoche, lagarto. No sólo que esté nominado, sino que tenga todas las papeletas para ser premiado. Recordaba a ese personaje de Leo DiCaprio y se me caía el alma a los pies :) Cosas del cine...

Se nota que te gusta y se entiende. A mí también me ha gustado.

Anónimo dijo...

Vaya lo que me alegro que hayas visto "Taxi Driver". Me acuerdo que cuando la vi me dejó tan impactado que tardé varios minutos en mover cualquier parte de mi cuerpo.
Increíble esa historia que cuentas del documental. Hace más grande a Scharader, Scorsese y Robert de Niro. Por cierto, los dos últimos están a años luz de aquella época. Fijate si De Niro era grande que no sé si sabras que la escena del espejo fue improvisada y Scorsese decidió grabarla. Tampoco estaba en el guión la escena en la que De Niro se queda mirando fijamente a Keitel durante unos larguísimos segundos. Se masca la tensión. Cine en estado puro. Scorsese siguió grabando, fascinado, mientras de De Niro era el verdadero Travis. Observa la cara de Keitel, se nota que está acojonado. Lo dicho, una OBRA MAESTRA.
Menudo ladrillo. I´m sorry!

Anónimo dijo...

Taxi Driver se estrenó en el Cinema I de Nueva York el 8 de febrero de 1976, a mediodía. Schrader se quedó dormido el día del estreno, llegó al cine a eso de las doce y cuarto. Alrededor de la manzana, una cola de dobles de Travis Bickle: jóvenes pálidos con el pelo corto y chaquetas de excedentes del ejército. Schrader pensó: Oh, mierda, algo ha ido mal, aún no los han dejado entrar. Después se dio cuenta de que esa cola era para la segunda sesión. Entró corriendo en la sala cuando ya pasaban los créditos, y se sentó juntó a Marty, Michael y Julia, al fondo. El boca a oreja era tan intenso que cuando aparecieron en la pantalla las palabras Taxi Driver, el público empezó a aplaudir. Los tres se abrazaron y se pusieron a bailar en el vestíbulo. "Fue un momento de pura alegría", dice Schrader. "Por no decir de venganza". Hubo otra proyección en Los Angeles, en el Directors Guild. Julia se topó con Towne y Bert Schneider al salir de la sala, y pensó que no les había gustado la película, pero ninguno de los dos dijo nada parecido. Cinco años más tarde, después de que John Hinckley, al parecer influido por Taxi Driver, disparase contra Reagan, Julia volvió a tropezarse con Schneider. "¿Lo ves? No era una película tan mala", dijo ella, sonriente. Y él le replicó: "Si fuese realmente buena, lo habría matado".

Peter Biskind: Moteros tranquilos, toros salvajes. La generación que cambió Hollywood.

Felson

Anónimo dijo...

¿Qué le pasa a nuestra generación?, me hace preguntarme esto.

¿Por qué ya no somos capaces de conseguir cosas así? Ya no hay creadores que consigan hacer algo que sea de verdad estremecedor. O ya no hay público capaz de estremecerse.

Tan difícil es, tan difícil.

Esto último no es una pregunta.

Me gustan tus comentarios, Felson.